Las ronchas por urticaria pueden arruinar un viaje por Semana Santa. Conoce las recomendaciones de los especialistas para evitarlas.
Es usual salir de la ciudad en Semana Santa sin tomar las precauciones adecuadas para protegerse de las picaduras e intoxicaciones. Es común acampar en lugares en los que somos expuestos a picaduras de insectos.
Una recomendación clave ofrecida por el Ministerio de Salud es averiguar la temperatura del lugar al que se viaja. En los climas cálidos los mosquitos abundan y es recomendable empacar un repelente y también utilizar prendas que protejan la piel. Según el epidemiólogo Omar Napanga, hay un rango de tiempo en el que los mosquitos aparecen, usualmente a partir de las 5 de la tarde. Una buena opción para deshacerse de ellos son los mosquiteros.
La infección a la piel más común provocada por insectos es la dermatitis, una inflamación que produce picazón extrema y lesiones, ya que la persona rasca desesperadamente la herida en la piel. “Los que se rascan con uñas sucias contaminan las ronchas y así la infección se expande. Conviene lavar la picadura con bastante agua y jabón. Si el dolor persiste, una buena opción es algún fármaco analgésico como Panadol, pero esto solo se compra cuando la persona está segura de qué alergias tiene”, señala Napanga.
Al salir de campamento se debe cargar un botiquín, sobre todo si se está tratando alguna molestia o si se tiene prescripciones médicas. De lo contrario, el viaje hasta la posta médica más cercana podría ser largo.
INSECTOS PELIGROSOS
Además de los mosquitos, las arañas y los alacranes también son un peligro durante los campamentos. Son capaces de enviar a las personas directo a la clínica, y alteran principalmente la función renal. De sufrir sus picaduras, solo el suero antiofídico o antisuero del hospital son necesarios: se debe acudir a la clínica más cercana.
Además de los medicamentos, se debes seleccionar bien los alimentos que para los días de campamento. Según la nutricionista Claudia Agüero, se recomienda cargar alimentos no perecibles; es decir, que no duren mucho tiempo pero que también sean nutritivos, como por ejemplo el atún, las frutas secas o deshidratadas, las barras de quinua o kiwicha, la granola y frutas no maduras (manzana, pera, granadilla, naranja o mandarina).
“Los panes y las galletas definitivamente no se recomiendan. Alimentos de panificación como estos no son saludables porque contienen harina, sal, manteca y azúcar. Estos ingredientes son alimentos demasiado calóricos y con altos niveles de colesterol. Si a eso le añadimos las energías que se pierden en la rutina del campamento, las bebidas alcohólicas que a veces las personas consumen y la sed provocada por el calor, entonces tenemos con todo eso una gran indigestión”, advierte la nutricionista.
También se debe considerar que los rayos solares son perjudiciales: se podría sufrir insolaciones o padecer posteriormente cáncer de piel si no se utiliza protección. El epidemiólogo Napanga recomienda utilizar un bloqueador mayor a 50 FPS (factor de protección solar) y cubrirse la piel con él cada dos horas.
En el caso de una intoxicación por consumo de bebidas alcoholes, el agua y el sueño son la mejor medicina. Recuerden que Semana Santa es un tiempo de reflexión y no de desgaste físico.
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