Muchos padres se preocupan porque sus hijos caminen y no le dan la debida importancia a la fase del gateo, vital para el desarrollo psicomotriz de los menores.
A veces los padres se empecinan en que sus hijos empiecen a caminar ya que lo asocian con la idea de que el que camina antes es más inteligente y más sano, pero esto no es así. "El niño que camina antes no es necesariamente más sano o inteligente, sino el que gatea más. Ese es el que desarrolla mejor sus habilidades psicomotrices", explica el médico pediatra Jorge Abel Salinas.
Esto se debe a que el gateo es la primera actividad física e independiente que realizan los niños, lo que les permite desarrollar su sentido de orientación y del espacio, lo que a su vez potencia sus habilidades psicomotrices. Así pues, el gateo es una fase muy importante que no se debe evitar ni impedir. Necesariamente los niños tienen que gatear.
Cabe recordar que lo normal es que el gateo se inicie entre los 8 y 10 meses.
En ese sentido, Salinas recuerda que muchas veces los padres creen que por ver a sus hijos parados en la cuna es porque ya están listos para andar y quieren propiciar que caminen. Entonces los acostumbran al andador o a sujetarlos de la mano. "Esto es un grave error ya que no dejan que los niños gateen y que, en consecuencia, no desarrollen bien sus habilidades psicomotrices", advierte.
"No hay que confundir. Que el niño se pare en la cuna no quiere decir que esté listo para caminar, sino que su desarrollo psicomotriz es el adecuado y que está listo para gatear", explica Salinas.
Todo es un proceso que debe respetarse. "Los niños empiezan a caminar entre los 11 o 14 meses. La condición es que hayan gateado antes". En ese sentido, los padres tienen la obligación de propiciar el gateo, mas no de caminar. "No hay necesidad de propiciar que los niños caminen. Ellos solitos lo harán", comenta el experto.
Para convencer a los padres, Salinas explica que el niño que gatea sabe utilizar sus manos, rodillas y pies a la hora de caminar, por ello, cuando se cae sabe poner las manos. El niño que no gateó, no sabe.
¿Cómo nos damos cuenta de que el niño ya quiere caminar?
Es sencillo explica Salinas. "El niño va gateando y busca un lugar al que incorporarse. Luego se agarra y se para solito. Entonces decide si puede o no caminar. Eso es lo normal".
Comparte esta noticia