Hay que empezar por determinar si hay un problema de infertilidad y buscar ayuda especializada.
La frase "no se puede" no existe en el vocabulario de un médico ginecólogo, que con experiencia en temas de infertilidad, recibe a pacientes que desean ser madres. Aunque ellas creen que ya es demasiado tarde debido a su edad, siempre puede haber "atajos" para concebir.
La solución a esta incertidumbre empieza por reconocer si hay un problema. El ginecólogo peruano y director de la clínica inmater, Ernesto Escudero, explica que si en un año de tener relaciones sexuales sin protección, la mujer no puede quedar embarazada, esa es la primera señal de alerta. ¿Qué hacer y qué se debe saber?
1. Descartar si el varón es azoospérmico, es decir, no tiene espermas en la eyaculación. "Se debe hacer un espermatograma. No duele, no molesta y tarda dos horas; solo se necesita una muestra de semen", dice Escudero.
2. La edad de la mujer es un referente acerca de la producción de óvulos. De los 20 a los 35 años es la etapa más fértil. "A los 35 años la mujer debería quedar embarazada en un año, porque son entre 6 a 10 óvulos que se necesitan, calculando que es uno por mes. A los 42 años de edad se necesitan entre 15 a 20 óvulos, porque hay más posibilidad de que sean genéticamente malos, y den lugar a embriones que no se implantan en el útero, por ende, la mujer no podría quedar encinta. Se necesitaría más tiempo para seguir intentando".
3. Acudir a un especialista para realizarse una reserva ovárica, es decir, un estudio que refleja el potencial fértil de la mujer. El médico tratante deberá evaluar los embriones y determinar cuáles son genéticamente viables para lograr un embarazo que no termine en una pérdida. "Si la reserva ovárica es buena y solo hay el problema de la edad, igual es aconsejable someterse a un tratamiento para lograr que la gestación concluya bien".
4. A los 40 años sí es posible ser madre y en el 95 % de abortos espontáneos se puede decir que la naturaleza es sabia. "Solo el 2 % de embriones genéticamente malos va a nacer; la gran mayoría se pierde antes de la semana 9 de la gestación, durante el resto del embarazo o al nacer el niño".
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