El papel del capitán del equipo, Paolo Guerrero en la Selección Peruana, es manejar los pequeños éxitos y pequeños fracasos.
Salud
Un estado emocional colectivo se crea en el fútbol.
La fortaleza de Paolo Guerrero, el capitán de la Selección Peruana, motivó al equipo en una etapa de pruebas difíciles. Si bien su destreza táctica de líder fue clave para marcar los cinco goles que hicieron camino hacia Rusia 2018, también lo es el sistema cerebral que permite una sincronización con los demás jugadores, basado en neuronas espejo.
Las neuronas espejo hacen que las personas se sincronicen con los demás al observar su comportamiento. Actúan en todas las partes del cerebro con un modelo llamado “sistema de reconocimiento de las emociones”, un modelo inconsciente que tiene dos componentes: “detección de la emoción del otro” y de “ajuste con la emoción de otro”.
“Esto significa que las personas siempre van a buscar un referente emocional en los otros. Es una conducta humana, que ante situaciones difíciles o inciertas, siempre reacciona sobre el líder. Si este se ve desmoralizado ante una situación entonces los demás toman eso como una derrota. Pero si mantiene la motivación, entonces nos da la señal de que todo mejorará”, explica el psiquiatra Humberto Castillo.
Este sistema funciona así: “Esto sucede en cualquier grupo de fútbol. Por ejemplo, en el partido de Alemania con Brasil. Inexplicable los 6 goles. Eso no se deduce de las razones tácticas o estratégicas netamente. Se explica por un estado emocional. Cuando uno futbolista se desmoraliza, se forma una cadena en la que todos los demás ven la situación como si fuera una catástrofe”, comenta Castillo.
El capitán del equipo de fútbol es un referente y consejero. Él tiene la batuta en la parte emocional y en el juego. Impone respeto por la imagen, la antigüedad y la experiencia. Sin embargo, cada equipo es diferente. En la Selección Peruana, los futbolistas compiten en ligas extranjeras. Por el contrario, un capitán de primera división no actúa de la misma manera cuando no tiene tanta experiencia.
“Un grupo puede ser homogéneo o heterogéneo. Por ejemplo, la Liga de Lima tiene jugadores grandes y pequeños, extranjeros y nacionales, juveniles y no, depende del grupo. Un equipo homogéneo está balaceado entre estas variables, como la Selección Peruana”, sostiene el especialista en medicina deportiva Julio Grados.
Por otro lado, el capitán es quien, antes de salir a cancha, toma la palabra. “Hay muchas veces que el entrenador grita desesperadamente en un partido, pero nadie lo escucha. Entonces, es importante que exista alguien sobre el gras que dicte las indicaciones técnicas o tácticas. Por ejemplo, cambiar de línea tres a cuatro-cuatro-dos o que uno vaya por izquierda y otro por derecha. Muchas veces el capitán actúa como el entrenador en la cancha”, indica Grados.
El fútbol crea un estado emocional colectivo en sus jugadores, vinculado a las circunstancias. Otros factores para reconocer al capitán son es la actitud de cada jugador y cómo responde el público. Hay estados emocionales más proactivos o ganadores, los cuales permiten enfrentar mejor las adversidades.
Un capitán no juzga, critica o ataca las fallas: muestra comprensión y trabaja en equipo. Una tarea difícil es ser líder y a la vez capitán, ya que muchas veces el primero no es el segundo. Paolo Guerrero es ambos: un jugador que sabe manejar los pequeños éxitos y los pequeños fracasos.
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