La prenda recoge y transmite las señales vitales de salud de un paciente a su médico en cualquier sitio en el mundo.
Una serie de sensores textiles en nanoestructuras, que puede integrarse en el sostén de las mujeres o en el chaleco de los hombres, permite la vigilancia de la condición de un paciente donde quiera que se encuentre, informó hoy la Universidad de Arkansas.
Un equipo en esa universidad desarrolló el sistema de vigilancia inalámbrico que comunica la información sobre el paciente en tiempo real a un médico, un hospital o al paciente mismo.
Por medio de un módulo muy liviano e inalámbrico, que puede sujetarse a esas prendas interiores, los sensores que se comunican con un sistema informático que recibe los datos dentro de un teléfono "inteligente", los comprime y los envía a una variedad de redes inalámbricas.
"Nuestro e-sostén (sostén electrónico) permite una vigilancia continua y en tiempo real que identifica cualquier cambio patofisiológico", explicó en un comunicado el profesor de ingeniería eléctrica Vijay Varadan.
"Es una plataforma sobre la cual están integrados en la tela varios sensores para la vigilancia de la salud cardiaca", añadió y explicó que "la prenda recoge y transmite las señales vitales de salud a cualquier sitio en el mundo".
El sistema observa la presión sanguínea, la temperatura del cuerpo, el ritmo respiratorio, el consumo de oxígeno, algunas actividades neurales y todas las lecturas que se obtienen con el electrocardiógrafo convencional, incluida la capacidad de mostrar las ondas T invertidas que indican el comienzo del paro cardiaco.
¿A DÓNDE LLEGA LA INFORMACIÓN?
Los inventores explicaron que las señales eléctricas y los datos fisiológicos recogidos por los sensores se envían al módulo inalámbrico contenido en una caja de plástico apenas un poco más grande que la caja de joyería que contiene un anillo.
El módulo, que es el componente inalámbrico crucial en el sistema, es básicamente una computadora con bajo consumo de energía, que incluye un amplificador, una antena, una tarjeta de circuito impreso, un microprocesador, un módulo Bluetooth, una batería y varios sensores.
El tamaño del módulo depende del consumo de energía y el tamaño mínimo de su batería.
Los datos recogidos por los sensores se transmiten, luego, a los teléfonos y otros aparatos portátiles disponibles en el mercado comercial, lo cual abre el uso del sistema más allá del mero cuidado de la salud.
Por ejemplo, explicaron los inventores, un atleta puede vigilar en su teléfono celular todas las señales mencionadas anteriormente, y otras adicionales como el número de calorías consumidas durante una sesión de ejercicios.
Los usuarios pueden ver todos los datos en una pantalla, y el conjunto incluye un sistema de posicionamiento global que rastrea la latitud y longitud exactas del paciente o el atleta.
EFE
Comparte esta noticia