El trauma acústico puede ser generado por el empleo del objeto a más de 90 decibeles y durante más de dos horas al día. El daño es progresivo e irreversible.
El uso indiscriminado de audífonos a más de 90 decibeles y durante más de dos horas al día ocasiona un traumatismo acústico que podría terminar en sordera, advirtió hoy el otorrinolaringólogo del hospital San Bartolomé, Fernando Salazar Reyna.
El médico sostuvo que la población más expuesta a este tipo de males son los jóvenes entre 16 y 26 años, y dijo que el trauma acústico es un daño auditivo progresivo e irreversible.
“El uso de audífonos con una frecuencia de 90 a 120 decibeles ocasiona la pérdida progresiva de la capacidad para oír debido al deterioro en el nervio auditivo”, indicó Salazar.
Explicó que una persona expuesta a más de 90 decibeles y por más de 2 horas sufre de un trauma acústico que en mediano plazo se ocasiona la pérdida de la audición.
“Cuando el nervio auditivo se traumatiza por el sonido origina que la audición disminuya progresivamente a medida que el oído está expuesto al sonido”, sostuvo el especialista.
Agregó que algunas empresas de equipos de sonido producen audífonos con un dispositivo que regula el máximo de volumen, es decir, que permite escuchar a la mitad del máximo que es de 90 decibeles, de tal forma que nunca sufra de traumatismo acústico.
El problema, agregó, surge cuando los jóvenes escuchan a más de la mitad del máximo.
-Andina-
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