Este sábado 25 de noviembre se realizará la marcha "Ni una menos" en contra de la violencia hacia las mujeres en el país.
En una relación de pareja hay 'juegos' peligrosos que alientan una cualidad dominante. Aprender a decir que NO es un arma contra las relaciones tóxicas o la violencia de género.
Hay un principio básico: ama a tu pareja sin dejar de amarte a ti mismo, sin perder tu autonomía y tu integridad. “El amor es ciego" o “el amor todo lo perdona" son conceptos errados que solo nos someten. ¡Abre los ojos!
"Para que haya un dominador tiene que haber una dominada, muchas veces el problema no pasa por esperar que él cambie, pasa porque yo cambie. Siempre habrá un victimario en la medida que haya una víctima. No debo jugar a la dominada y sumisa, debo aprender a decir que no con respeto, con amor y con firmeza", explica el psicoterapeuta peruano José Baldeón.
Decir que sí a todo lo que nos imponga la pareja, es una actitud patológica (enfermiza) que la acostumbra a tener el poder, mientras que el otro se convierte en una 'marioneta'. Aunque no lo parezca, ese tipo de comportamiento hace que nos amen menos.
"Si como mujer aprendo a amarme, invito a que me amen más; por eso decimos que a los hombres nos gustan las mujeres difíciles, no las fáciles", comenta Baldeón, especialista en temas de familia y pareja.
El virus del machismo
Establecer un vínculo amoroso sano, no es tarea fácil, más aún si vivimos en una sociedad que arrastra concepciones machistas.
"Existe una masculinidad dominante que los varones asocian a tener control sobre las mujeres y la economía. Es una expresión de violencia que se ve en las relaciones de género", advierte Santiago Alfaro, sociólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Y peor aún, las mujeres también demuestran machismo. Ellas pueden caer en algo que se conoce como 'violencia simbólica'.
"No siempre es responsabilidad de quien ejerce la violencia, sino que también es culpa de quien la sufre, la reproduce, la naturaliza, la acepta, y no busca cambiar la situación", precisa el también catedrático universitario.
En la sociedad todavía se mantienen las disparidades, las mujeres con talento y calidad académica no ocupan los más altos cargos. Ellas deben darse cuenta de que su calidad de vida siempre puede ser mejor y deben rebelarse ante cualquier tipo de violencia.
Comparte esta noticia