El estado emocional puede ser tan importante como la dieta al enfrentar la obesidad. Conoce de qué manera nuestras emociones afectan los hábitos alimenticios y el peso.
Es común pensar que la obesidad se debe a una mala alimentación o falta de ejercicio. Sin embargo, los factores emocionales también juegan un papel crucial en nuestra salud. Muchas veces, los problemas emocionales pueden ser el verdadero causante del sobrepeso, afectando nuestros hábitos alimenticios de formas que no siempre notamos.
La psicóloga Patricia Pinedo destaca que el componente emocional juega un papel fundamental como desencadenante de la obesidad. "Muchas veces, los nutricionistas no consiguen la meta de una dieta saludable, y eso puede ser porque no se está trabajando con el paciente su lado emocional, que es tan importante", explica.
La ansiedad y la depresión como desencadenantes
Un factor que afecta la relación entre emociones y peso es la autoestima. Hay personas que suelen caer en un círculo vicioso, buscando consuelo en la comida. Los alimentos, al generar placer y dopamina, ofrecen una sensación temporal de bienestar. Sin embargo, al final, este alivio momentáneo solo perpetúa el ciclo de insatisfacción.
"La autoestima, que es la capacidad de querernos, en estos casos no está presente, lo que genera una valoración negativa de uno mismo. Esto da lugar a un círculo vicioso: no te sientes bien contigo mismo y buscas alimentos como un placebo, [...]. Esto te hace sentirte bien temporalmente, pero luego vuelves a caer", explicó Patricia Pinedo.
Además, el momento y las circunstancias en que se consume la comida son tan importantes como la cantidad. "No se trata solo de cuánto comemos, sino de cuándo comes. Las personas con estrés, ansiedad y depresión, comen en diferentes momentos, a veces en pequeñas cantidades, pero comen siempre", comenta Pinedo. Esta mala gestión emocional puede originar no solo obesidad, sino otras conductas dependientes.
La obesidad también ha comenzado a afectar a una población más joven, como niños y adolescentes. En ellos, la falta de comunicación y la búsqueda de consuelo en la comida se ha vuelto una tendencia preocupante. "¿Y qué pasa cuando no te comunicas? Buscan llenar esos espacios muchas veces con la alimentación, porque la comida tiene una representación diferente para cada persona", señala.
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El impacto de las emociones en la alimentación
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Recomendaciones emocionales para enfrentar la obesidad
La obesidad, como subraya la psicóloga Patricia Pinedo, puede estar profundamente influida por factores emocionales que afectan nuestras decisiones y conductas. A continuación, algunas recomendaciones para enfrentar la obesidad desde una perspectiva emocional y en compañía de un entorno de apoyo:
- La psicóloga Patricia Pinedo subraya la importancia de no enfrentarse al desafío de la obesidad de manera aislada. Tener un entorno de soporte, como familiares y amigos, es esencial. Este grupo cercano puede ofrecer apoyo emocional, motivación constante y comprensión durante el proceso de cambio. La presencia de personas que te respalden fortalece el compromiso y hace el camino más llevadero.
- La obesidad requiere un cambio gradual y no debe abordarse con críticas destructivas. Es necesario contar con alguien que, en lugar de juzgar, impulse y motive hacia un estilo de vida más saludable. Este “impulsor” debe ser alguien que celebre los logros, por pequeños que sean, y sirva como ejemplo a seguir. La paciencia y la tolerancia son claves, pues el cambio lleva tiempo y no puede forzarse de un día para otro.
- La organización en la vida diaria tiene un impacto directo en nuestra salud física y emocional. Tener horarios establecidos para las actividades, el descanso y las comidas ayuda a estabilizar el sistema nervioso y a evitar la toma de decisiones impulsivas, especialmente en relación con la comida. Una rutina estructurada también contribuye a la gestión de las emociones y a la creación de hábitos más saludables, lo que facilita el proceso de cambio hacia un estilo de vida más equilibrado.
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La necesidad de un enfoque integral: el entorno y el soporte emocional
Pinedo subraya la necesidad de entender el vínculo entre emociones y obesidad. No se trata solo de seguir una dieta o recibir apoyo nutricional, sino de reconocer el contexto emocional y social que rodea a cada individuo. La constancia, el apoyo adecuado y un enfoque integral son esenciales para enfrentar este problema de manera efectiva.
"Si estás pasando por una situación de sobrepeso u obesidad, no te enfoques solo en la dieta o el ejercicio. Reflexiona sobre lo que representa la comida para ti y cómo puedes mejorar tu bienestar emocional. Al final, el apoyo emocional y la paciencia son fundamentales para lograr un estilo de vida saludable y equilibrado", finaliza Pinedo.
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