El uso de prendas que dificulten la circulación sanguínea puede ocasionar una enfermedad llamada Trombosis Venosa Profunda.
Viajar en un avión puede ser uno de las experiencias más placenteras. Sin embargo, esta puede convertirse en una verdadera pesadilla cuando debe pasar muchas horas a bordo sin las recomendaciones correctas.
La vestimenta y la alimentación son los pilares para tener un buen viaje. Se deben evitar prendas que no permitan la fácil circulación sanguínea, como jeans ajustados o zapatos de tacón. La razón no solo se basa en la comodidad durante las horas de vuelo, sino que esas prendas pueden tener consecuencias a largo plazo. Uno de los trastornos que se relacionan con este hábito es la Trombosis Venosa Profunda (TVP) o conocido como embolia.
El cambio de temperatura al salir de cabina puede ocasionar alguna infección respiratoria. Además de usar una camiseta y pantalón amplio, zapatos fáciles de poner y una chompa ligera, no olvide portar medias gruesas y un pañuelo ligero.
Sentarse correctamente puede hacer la diferencia cuando viajar largas distancias. Pese a lo que se pueda creer, sentarse con la espalda recta no es la mejor solución, ya que incrementa el dolor en la zona lumbar. Según cita el diario El País, la Asociación Quiropráctica Británica sugiere que “para aliviar la presión en los discos intervertebrales” se debe preferir una inclinación de 135 grados. La organización explica que esta recomendación debe ser tomada también por gente que pasa más de 10 horas al día sentada.
Si bien los asientos de la mayoría de los aviones no logran un ángulo de 180 grados, procure reclinar sus asientos hasta el máximo nivel. Además, y si se lo permite el espacio, permítase viajar lo más estirado que se pueda para evitar lesiones y problemas de postura.
En esa posición, intente conciliar el sueño, una siesta que será más que reparadora tras varias horas de vuelo. Una zona tranquila, y útil para dormir, es la parte posterior del avión. Tapones para los oídos y un antifaz oscuro para los ojos puede ayudarlo a dormir más rápido y vivir un vuelo relajado.
En el caso de la alimentación, elija pequeñas porciones de alimentos no muy pesados y de manera continuada. Además, beba mucha agua y minimice el consumo de alcohol durante el viaje, pues al aumentar el aire acondicionado durante la cabina, las mucosas de la nariz, garganta y ojos suelen secarse rápidamente. Siguiendo esta línea, aplíquese crema hidrante a las manos durante el viaje, así como algún bálsamo de labios para contrarrestar la resequedad.
Comparte esta noticia