El doctor Carlos Bromley, médico psiquiatra de la dirección de salud mental del Ministerio de Salud, explicó en el programa ‘Encendidos’ la importancia de perdonar y perdonarnos, tanto para nuestra salud emocional como física.
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¿Es realmente posible perdonar cualquier tipo de ofensa?
Para el médico psiquiatra Carlos Bromley, la capacidad de perdonar no es universal y depende de varios factores. "Depende de la persona, del tipo de daño que se ha realizado y de si este daño está siendo reparado", afirma. En este sentido, el perdón no es un acto simple ni automático, sino que debe estar acompañado de una verdadera intención de reparar el daño causado. Sin una reparación sincera, el proceso de perdón puede volverse sumamente complicado.
El especialista considera que la reparación es un elemento crucial en el camino hacia el perdón. "Hay que restaurar la situación previa al evento que se supone me están pidiendo que perdone. Si no es así, va a ser muy difícil perdonar", explica. Esto subraya la importancia de la acción y la responsabilidad en el proceso de reconciliación, ya que no basta con una simple disculpa; es necesario un esfuerzo activo para remediar el daño infligido.
Además, destaca un aspecto del perdón que a menudo se pasa por alto: su impacto en el bienestar personal. "Cuando yo perdono, estoy trabajando sobre mí, no para la otra persona, sino para mi bienestar", dice Bromley. Perdonar implica liberarse de la carga negativa que el evento dañino ha provocado. Este acto de liberación personal puede resultar más beneficioso para quien perdona que para el perdonado, ya que el resentimiento y el rencor solo contribuyen a infligir más daño emocional.
La complejidad del perdón
El médico psiquiatra menciona que una ofensa puede ser más fácil de perdonar si se aborda de manera correcta, sin embargo, también reconoce que existen eventos extremadamente difíciles de perdonar. "En los tiempos actuales, los hechos de violencia, las violaciones, las muertes, los atropellos, es muy difícil perdonar eso", señala. Estas experiencias traumáticas generan emociones negativas intensas como el rencor, la cólera y el resentimiento, que son difíciles de superar.
Para manejar estas emociones negativas, sugiere diversas técnicas. "Hablar con un amigo, un sacerdote, o un terapeuta puede ayudar a liberar estas emociones. Encontrar formas de compensarse a sí mismo por el daño sufrido y salir adelante es crucial", explica. No es saludable quedarse atrapado en el ciclo de emociones negativas que pueden surgir de eventos traumáticos. Liberarse de estos sentimientos es vital para el bienestar emocional y físico.
El impacto de no perdonar se extiende más allá de lo emocional, afectando también la salud física. "Almacenar emociones negativas afecta nuestro cerebro y cuerpo", dice Bromley. El cortisol, una sustancia que se altera por el estrés, puede causar inflamación y disminuir las defensas del cuerpo, haciéndonos más susceptibles a infecciones virales. Así, el acto de perdonar no solo es una liberación emocional, sino una necesidad para mantener la salud integral.
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La complejidad del perdón: El impacto emocional y físico
Impacto del perdón en la salud integral
El Dr. Bromley, menciona que el no perdonar puede tener consecuencias devastadoras para nuestro bienestar físico. "El no perdonar sin que nos afecte físicamente es muy difícil, porque lo que correspondería es eliminar las emociones negativas", explica. Las emociones como la cólera, la ira y la furia, cuando no se procesan adecuadamente, pueden atraparnos en un ciclo de rencor y resentimiento que afecta nuestro rendimiento diario y nuestra capacidad para avanzar.
Como señala el experto, el perdón es un acto voluntario y consciente. "Es una decisión que uno tiene que tomar después de un análisis y evaluación de si el resarcimiento está completo", indica. Este proceso de reflexión es crucial para aliviar las emociones negativas que acumulamos diariamente. Además, cuando el perdón no es inmediato, existen otras formas de gestionar estas emociones, como la catarsis, el diálogo abierto, técnicas de relajación y la reconstrucción cognitiva del evento dañino.
Es importante destacar que perdonar no significa olvidar. "Uno perdona, se reconcilia con la persona, pero no olvida, porque debe tener presente qué ocurrió y qué pasó para que ocurra el evento que está perdonando", afirma. Recordar el evento permite aprender de la experiencia y prevenir la repetición de situaciones similares en el futuro. El olvido, por otro lado, podría dejar la puerta abierta a la repetición de los mismos errores.
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Impacto del perdón en la salud integral: Liberando emociones para vivir plenamente
El perdón en la ausencia
Ante la duda de una oyente sobre el tema del perdón cuando la persona a la que se desea perdonar ha fallecido, el Dr. indica que en esos casos, "hay terapias y técnicas a través de las cuales uno puede perdonar". Entre estas técnicas, sugiere evocar el evento y darle una connotación más comprensible, rediseñando el recuerdo para que no nos afecte tanto. Además, menciona métodos como visitar la tumba del fallecido, escribirle una carta o utilizar la técnica de la silla vacía, donde uno se sienta frente a una silla que simboliza a la persona fallecida y expresa todo lo que desearía haberle dicho en vida.
Sobre el perdón bajo presión social, el especialista indica que hay mandatos sociales y religiosos que desde pequeños nos enseñan, los cuales nos pueden llevar al mal uso del perdón, resultando en un acto que no es sincero ni auténtico. El perdón, cuando es impuesto por expectativas externas, carece de la profundidad y el significado que tendría si fuera una decisión personal y genuina.
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Técnicas y reflexiones sobre el perdón
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