En épocas de calor y humedad, las plagas encuentran el escenario perfecto para invadir nuestros hogares. Sin embargo, muchas veces somos nosotros mismos quienes, sin querer, les abrimos la puerta. ¿Qué errores comunes estamos cometiendo y cómo podemos evitarlos?
Mantener el hogar libre de plagas no solo es una cuestión de limpieza, sino también de prevención y conocimiento. Las plagas, como insectos, roedores y otros animales, no solo resultan molestas, sino que también pueden representar un riesgo para la salud. Por ello, el biólogo Ernesto Berrocal, especialista en plagas, brinda una serie de recomendaciones para mantener estos visitantes no deseados lejos de casa.
En primer lugar, Berrocal explica que el clima cálido y húmedo favorece notablemente la proliferación de plagas, ya que estas condiciones aceleran su ciclo de vida, permitiéndoles reproducirse más rápido y en mayor número. Sin embargo, más allá del clima, el verdadero motivo por el que las plagas se establecen en los hogares es porque nosotros mismos les proporcionamos tres elementos vitales: alimento, agua y refugio.
Eliminar o reducir al mínimo estas condiciones es clave para prevenir su aparición. Para comenzar, la limpieza es fundamental: no se deben dejar restos de comida a la vista, ni migas ni residuos en superficies, suelos o rincones de difícil acceso. Además, es importante revisar periódicamente las griferías para detectar goteos y evitar acumulaciones de agua que puedan servir como fuente de hidratación para los insectos. En cuanto al refugio, se recomienda no acumular trastes, periódicos, ropa vieja o cajas innecesarias, ya que estos espacios son ideales para que se oculten y reproduzcan.
Una de las plagas más comunes son las polillas de alimentos, cuyas larvas pueden encontrarse en menestras y productos secos almacenados. Estas se desarrollan a partir de huevos que las polillas adultas colocan en los envases. Para prevenir esta situación, Berrocal aconseja revisar los empaques en busca de pequeños agujeros antes de almacenarlos y tener precaución al comprar productos a granel, ya que podrían haber sido mal manipulados. También es importante verificar la fecha de caducidad, ya que un producto vencido o próximo a vencer puede haber sido el lugar perfecto para el desarrollo de estos insectos.
Más allá de la limpieza, ciertos productos naturales pueden ayudar a repeler insectos. La albahaca, la menta y el clavo de olor, por ejemplo, tienen aromas que actúan como insecticidas naturales. Estas esencias son reconocidas como tóxicas por los insectos, lo que hace que se mantengan alejados de los espacios donde se encuentren.
Otro problema habitual en los hogares es la presencia de hormigas, muchas veces atraídas por restos de dulce. Según el biólogo, un remedio casero y efectivo consiste en espolvorear bicarbonato de sodio en los caminos por donde transitan las hormigas, ya que este polvo se adhiere a sus cuerpos y obstruye sus espiráculos, provocando su muerte. También se puede preparar una mezcla de bicarbonato y azúcar en partes iguales: el azúcar las atrae y el bicarbonato actúa letalmente una vez ingerido.
En el caso de las polillas de ropa, es importante diferenciarlas de las de alimentos. Estas suelen aparecer en ambientes con alta humedad, por lo que mantener los armarios ventilados y utilizar deshumidificadores puede ser de gran ayuda para evitar su aparición.
Finalmente, Ernesto Berrocal enfatiza que la fumigación del hogar debe considerarse solo cuando hay una infestación comprobada. Utilizar insecticidas sin necesidad puede ser contraproducente, ya que estos productos contienen venenos que pueden afectar la salud de las personas y las mascotas. Por ello, la prevención y el mantenimiento adecuado del hogar siempre serán la mejor defensa frente a las plagas.
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