Una costumbre ancestral que arranca páginas de historia del auténtico Perú.
Existe la creencia de que en los días de Semana Santa, la cerámica y otros objetos de gran valor, enterrados junto a los difuntos de la época preinca, afloran a la superficie y, por lo tanto, es más fácil de encontrarlos a través del huaqueo.
Las brigadas de seguridad en los centros arqueológicos se incrementan durante la Semana santa para evitar que cuadrillas de personas que se aferran a una costumbre ancestral depreden lo poco que aún queda.
Huaqueo en Lambayeque. El director del Museo Sicán de Ferreñafe, Carlos Elera Arévalo manifestó que es incalculable el daño provocado a nuestro patrimonio arqueológico lambayecano y recordó que desde la invasión española en 1532 e instaurado el Virreynato, en la legislación colonial se consignó a las huacas (sitios sepulcros con joyas de oro, plata, incrustaciones y chaquiras) como minas, lo que habría incrementado el arraigo del huaqueo.
Los huaqueros, aprovechan la ocasión de que la gente va a las huacas o cerros para rememorar la crucifixión de Jesús y se camuflan entre los feligreses para profanar las tumbas preincaicas e incaicas.
En Lambayeque, los directores de los museos Tumbas Reales de Sipán, Sicán de Ferreñafe, Bruning, Huaca Rajada Sipán, Museo de Túcume, de Sitio Chotuna Chornancap y del Santuario Histórico Bosque de Pómac, realizan operativos de vigilancia en sus respectivas jurisdicciones para evitar que se produzcan saqueos de las huacas.
Brujería. Pero también son los curanderos y brujos que aprovechan estas fechas para acudir hasta los centros arqueológicos y agradecer el fortalecimiento de sus mesas que utilizan para sus ceremonias de curación. Las ofrendas que dejan son una especie de pagos que implica entierros de botellas de vino y cananga, como ocurrió en un hallazgo hace algunos años en el cerro la huaca de Túcume.
A nivel departamental son miles de sitios sepulcros y se necesita con urgencia un catastro arqueológico con enfoque de cuencas hidrográficas a fin de determinar cuántos son, en qué grado se encuentran y con una política cultural estatal evitar que sigan arrancando páginas de nuestra historia.
Sanciones. La legislación vigente sanciona hasta cárcel por cometer este ilícito penal, pues en el código penal peruano se tipifica la salida ilegal de bienes culturales prehispánicos, pasibles de pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de ocho años y con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días de multa.
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