En Cusco, una hermosa caminata de riachuelos, nevados, alpacas, ovejas y aves solo para los más valientes.
Nunca estuve tan cerca del cielo en la Tierra. He visitado varias veces Cusco pero este último viaje fue significativo para mí porque me permitió descubrir nuevos lugares, algo que me genera emoción y mariposas en el estómago. ¿Vale la pena levantarse a las 3 a.m. para llegar a la cima de la Montaña de los Siete Colores? Si eres de los amantes de realizar excursiones: Sí y mil veces sí.
El Apu Vinicunca, como lo llaman los habitantes del lugar, está en el camino al nevado de Ausangate (que será motivo de otro post) y se encuentra a solo un par de horas de la ciudad de Cusco. El tour te recoge a las 3:30 para poder llegar a las 6:00 a.m. a las faldas de la montaña. Lo primero que tendrás que hacer es comprar su derecho de ingreso a la comunidad.
Al entrar lo primero que verás son paisajes hermosos formados por pequeños riachuelos rodeados de la fauna del lugar: alpacas, ovejas, llamas, aves. Se sorprenderán de lo amigables que son. Parece que estuvieran esperando por los visitantes, listas para recibirte con una sonrisa y dejar que te acerques.
En diferentes partes del recorrido te toparás con habitantes de la zona que se dirigen a algún lugar o que ofrecen montarse en burritos para poder terminar la subida. Dependiendo de en qué parte del camino decidas subir a los burritos el precio variará, pero es una buena opción si se cansan.
El paisaje va variando, primero es verde y luego, mientras vas subiendo, aparecen tonos rojizos de la montaña. Ni bien empieces la caminata divisarás, a lo lejos el Ausangate, tan imponente como hermoso. Conforme te acerques a la cima divisarás más colores y charcos que se asemejan a lagunillas formadas por la lluvia. También verás muchos caminantes bien equipados con bastones, lo que me asustó un poco... y sí, es verdad que es una intensa caminata de 3 horas de ascenso.
¡De pronto divisarás la cima de la montaña y sus colores! Después de horas de caminar, la emoción que sentí era como estar frente al escenario de otro mundo, sobre todo por los colores rojizos.
En la cima hay una base donde habrá pobladores vendiendo bebidas y hasta cerveza (para los que quieren celebrar la llegada a la cima). Aún hay una vista más linda de la montaña tan solo unos metros más arriba. No se rindan que vale la pena. Como les dije, la belleza del apu Vinicunca es solo para los más valientes :)
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A. Opciones de paradas
Para dormir: yo me quedé en un hospedaje llamado Cusco Bed & Breakfast, donde hay habitaciones que tienen balconcitos con vista linda al Mercado de San Pedro. Este hostel está bien ubicado a unos 6 minutos a pie de la Plaza de Armas. La habitación simple está menos de 100 soles y la matrimonial menos de 165 soles. Además el desayuno es riquísimo con panqueques y frutas.
Para comer y salir por la noche:
La Feria: con una decoración colorida, este restaurante de comida tradicional te presenta los platos minuciosamente decorados. ¡Es muy agradable! Además tiene una vista inmejorable de la Plaza de Armas.
Sachapapa: Recuerdo que la primera vez que visité este lugar me encantó. Tiene un patio acogedor y la comida es deliciosa. ¡Los platos son súper bien servidos! Todos con productos de los Andes.
El mercado de San Pedro: Si lo que quieren es un desayuno tradicional, este es el mejor lugar. Quinua, maca, kiwicha, panes con queso serrano, huevo, frutas de estación. Hay varios puestos para escoger. La gente es muy amable y los desayunos completos no pasan de 8 soles ¡Súper recomendado!
B. ¿Qué llevar?
Zapatillas, lentes de sol, sombrero y bloqueador ¡Siempre repelente! Sobre todo para Machu Picchu y la montaña de los siete colores, porque los mosquitos acechan todo el día.
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