En la zona de investigación, los especialistas de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco también hallaron restos de un camélido y fragmentos de cerámica.

Los restos humanos fueron hallados en la zona arqueológica de Marcavalle, en Cusco.Fuente: Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco

El primer entierro corresponde a una persona menor de 20 años.Fuente: Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco

Estos hallazgos tienen una antigüedad de mil años antes de Cristo.Fuente: Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco

El cuerpo estaba ubicado a pocos metros del primer entierro. Fuente: Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco


Estos hallazgos tienen una antigüedad de mil años antes de Cristo.Fuente: Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco

Estos hallazgos corresponden a la Época Formativa.Fuente: Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco

Asociada al cráneo se registró una lámina circular de oro con una perforación, tratándose de un bien con fines ornamentales. Fuente: Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco

El proyecto de investigación arqueológica de Marcavalle está programado hasta fines del presente año.Fuente: Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco
Especialistas de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco descubrieron dos entierros humanos de hace tres mil años en la Zona Arqueológica de Marcavalle, durante trabajos de investigación en el lugar.
La arqueóloga Luz Marina Monrroy, jefa de la investigación, aseguró que el primer entierro corresponde a una persona menor de 20 años, quien fue rodeada por una estructura de piedras y cuya osamenta se halló flexionada y con modificaciones cefálicas.
El segundo entierro -detalló la investigadora- muestra la osamenta completa de una persona joven, hallada en posición extendida lateral. El cuerpo estaba ubicado a pocos metros del primer entierro.
“Estos hallazgos corresponden a la Época Formativa, es decir, aproximadamente mil años antes de Cristo, lo cual confirma que Marcavalle contiene los primeros enterramientos humanos registrados en el valle del Cusco, siendo su primer asentamiento” refirió Monrroy Quiñones.
En la zona, los investigadores también hallaron el entierro de un camélido sudamericano, que se trataría de una ofrenda en pozo circular, la más antigua hallada en el Cusco.
Asimismo, evidencias de lo que sería un taller lítico, caracterizado por artefactos de piedra y molienda en proceso de trabajo, segmentos de arquitectura compuestos por recintos, muros de piedra y restos de una plataforma elevada, que provienen de la misma época.
En las unidades de excavación, también se evidenciaron fragmentos de cerámica decorada, pintada y con incisiones que muestran rostros humanos, aplicaciones en asas de vasijas, instrumentos de hueso, restos carbonizados de productos agrícolas, morteros de piedra y piezas metálicas de uso doméstico.
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