Muchos piensan en la corbata como un mero accesorio, pero si aprendes cómo sacarle provecho, puede hacer una gran diferencia.
La corbata no es un adorno más, es un distintivo que llama la atención desde el primer momento debido a su posición central. Por eso, es fundamental que su tejido concuerde con el resto de la ropa, ya sea de seda, lino, algodón o lana. El estilo, según la ocasión, no se debería elegir al azar y el nudo requiere de cierta paciencia, ya que es el responsable de lograr el equilibrio entre las diferentes prendas.
Aquí algunos consejos para lograr el look ideal prestando atención a la corbata:
El triángulo debe ser proporcionado. Es muy importante cuidar las proporciones del nudo de la corbata, pues ahí es donde se centra la vista de las personas. Además, debes tener cuidando con la parte de atrás, ya que no debe verse. Lo más recomendable es el nudo americano (four-in-hand), sencillo, pequeño e imperfectamente triangular. Combina a la perfección con todo tipo de cuello.
La cintura establece el largo. Sin importar la altura, la punta de la corbata debe llegar justo a la hebilla de la correa.
Cuida la anchura. Así como la altura es importante, debes tomar en cuenta la anchura. Intenta que tu corbata esté en un punto medio, ni muy delgada ni muy gruesa.
Evita vestirte de un solo color. Combinar no significa usar prendas del mismo tono, sino saber armonizar los colores. Por eso, evita la monotonía y utiliza colores que vayan bien entre sí. Recuerda que si usas una corbata con estampando, es preferible que tu camisa sea lisa, sin ningún detalle.
Oculta los botones. Para darle una onda más sofisticada, procura ocultar los botones de la camisa, tanto los del pecho como los del cuello.
Siguiendo estas cinco reglas básicas podrás lograr un atuendo mucho más elegante, sutil y proporcionado. Para sorprender, recuerda siempre agregarle tu toque, como un pañuelo, un bolso o unos lentes de sol.
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