¿Es mejor 30 días de corrido o dividir el tiempo en pequeños periodos de descanso? La ciencia ha ensayado una respuesta.
La receta para unas vacaciones perfectas pasa por encontrar la duración ideal para las mismas. Ni tan cortas que ya terminan cuando apenas estamos empezando a relajarnos, ni tan largas que uno se termine aburriendo de descansar o —quizás peor— acabe desconectándose más de la cuenta del trabajo. Esa debería ser la consigna. En el Perú, la mayoría de trabajadores formales dispone de 30 días al año como descanso vacacional. ¿Conviene tomarlos todos de corrido? ¿Dividirlos en dos periodos de 15 días? ¿O tomarlos en periodos aún más cortos?
Ciertamente, la respuesta definitiva a esta pregunta pasa por conocer más a fondo las costumbres y gustos de cada trabajador, así como el tipo de trabajo que desempeña y, desde luego, los planes que tiene para sus vacaciones. Si se va a emprender un viaje largo, desde luego será recomendable tener más días a disposición, por ejemplo. También es importante tomar en cuenta las necesidades de la empresa y cuánto tiempo puede asumir nuestra ausencia sin verse afectada en sus operaciones. Pero al margen de estas consideraciones, diversos estudiosos han intentado contestar esta pregunta y establecer cuál es la duración óptima para un descanso vacacional.
Un artículo de la revista Inc refiere a un estudio reciente realizado en Finlandia, en el que se siguió a 54 personas durante sus vacaciones y se registraron sus niveles de satisfacción, felicidad y bienestar a lo largo del tiempo. El resultado fue que, en general, estos indicadores llegaron a su pico más alto en el octavo día de vacaciones. Esa, concluyeron los expertos, debería ser la duración ideal.
Este estudio se encuentra en la misma línea de los hallazgos del médico francés Pierre Delbarre, quien asegura —de acuerdo con un artículo publicado en la revista Marie Claire— que la mejor forma de maximizar los efectos beneficios del descanso es dividir las vacaciones el dos o tres periodos, cada uno de entre 8 y 10 días de duración.
Es importante anotar que los efectos positivos del descanso recién se empiezan a sentir al cabo de cuatro o cinco días, por lo que tomarse períodos más cortos como vacaciones carece de mayor sentido. Sin embargo, la duración no es todo. Igual de clave es elegir el plan correcto para las vacaciones. Este dependerá mucho del trabajo que tengamos: si es bastante rutinario, es aconsejable buscar actividades que compensen esa falta de emociones y adrenalina. Si por el contrario, el trabajo es muy estresante, entonces probablemente unas vacaciones que aporte tranquilidad y quietud sean lo más aconsejable.
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