¿Cómo me doy cuenta que estoy en una relación tóxica? Una mirada por la preocupante realidad de muchas parejas jóvenes que enfrentan por primera vez situaciones de control y desconfianza.
En las primeras relaciones de pareja, los adolescentes se enfrentan por primera vez a situaciones que muchas veces no saben cómo manejar, ya sea por inmadurez o falta de autoestima y confianza. El problema entra a tallar cuando en las parejas existe una dependencia emocional, que genera inestabilidad y desconfianza.
Una relación tóxica es aquella en la que el sufrimiento es mayor al tiempo de placer y alegría, en donde las discusiones y peleas se convierten en el foco central de la relación. Dentro de los diferentes tipos de violencia que existen, el 67.4% corresponde a la violencia psicológica y/o verbal, siendo la más común a nivel nacional. Esta violencia se ve reflejada a través de palabras hirientes, injurias, calumnias, gritos, insultos, burlas, situaciones de control, humillaciones, amenazas y otras acciones que buscan minimizar la autoestima de la pareja. (ENDES, 2015)
Es muy común en las relaciones tóxicas, que una de las dos partes esté constantemente intentando sostener la relación por muy imposible que resulte, pues se aferra a la idea de que en algún momento va a cambiar y “vivirán felices para siempre”. Sin embargo, esta situación lo único que hace es desgastar la relación aún más, provocando una mayor insatisfacción.
Cuando se trata de salvar una relación tóxica, la pareja se expone a situaciones cada vez más dramáticas, ya que recurren a mecanismos tales como la culpa, el sarcasmo o la manipulación para seguir con la pareja. En muchas ocasiones, la persona llega a una situación en la que no se reconoce a sí mismo y termina por utilizar la violencia psicológica, y en otros casos, hasta la violencia física, por continuar con la relación. El 21.0% de las mujeres, según La Encuesta Demográfica y de Saluda Familiar (ENDES – 2015), manifestó haber experimentado alguna vez situaciones humillantes por parte de su pareja.
En toda relación debe existir el respeto y el amor, principalmente, hacia uno mismo; si cada persona dentro de una relación tiene estos conceptos y valores arraigados entonces no permitirá este tipo de relaciones tormentosas en su vida. Una relación tóxica se da, principalmente, cuando una de las dos partes, o ambos, no se quieren, ni se valoran lo suficiente, pues esto sólo hace que se priorice el bienestar de la pareja por encima de la de uno mismo.
El camino del amor puede tener sus dificultades, pero en ningún caso se ve lleno de sufrimientos y violencia. Demuestra el amor con expresiones de afecto y respeto. ¡Recuerda que amor y violencia no van de la mano!
Estas y otras informaciones lo compartimos en el campo de la campaña “La violencia se pinta de amor. ¡Date cuenta!”, por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y RPP.
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