Muchos conductores deciden, ya sea por seguridad o privacidad, polarizar sus vehículos. Si has pensado en hacerlo, hay algunos puntos que debes tener en cuenta.
Tener lunas polarizadas es un asunto que va más allá de lo estético. Lo que muchos conductores desconocen es que su implementación está reglamentada por las autoridades de tránsito y requiere que el dueño realice una serie de trámites para no recibir una multa que equivale a ocho salarios mínimos.
¿Para qué sirven?
La película protectora que se pega al vidrio del auto evita que, al quebrarse, se produzcan lesiones en el piloto o en los pasajeros en caso de golpe con un palo, una piedra o incluso de las esquirlas tras chocar con otro vehículo. Además, sirve para regular el paso de la luz, haciéndolo más fresco durante el verano.
Es importante aclarar que la película no funciona como blindaje y en ningún caso ayuda a contener un disparo con arma de fuego, aunque en muchos lugares circule ese mito.
¿Qué dice la ley?
Según el reglamento, solo pueden circular sin autorización los vehículos que cumplan con las siguientes características:
- Vidrios para parabrisas laminados cuya transmisión luminosa sea superior o igual al 70%.
- Vidrios laterales traseros cuya transmisión luminosa sea superior o igual a 50% y vidrios traseros y de la quinta puerta de transmisión luminosa superior al 14%.
De tener vidrios polarizados, entintados u oscurecidos que no cumplan con estas especificaciones deberás solicitar un permiso ante el Ministerio de Defensa a través de la Policía Nacional y mantenerlo siempre a la mano en caso de que una autoridad lo solicite.
DATO: Desde el 31 de diciembre del año pasado, la autorización para el uso de lunas oscurecidas tiene vigencia indeterminada y es otorgada únicamente al vehículo, más no al propietario.
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