Todos tenemos la posibilidad de contribuir a tener un mundo más sostenible a través de la elección de envases retornables.
¿Sabías que cada minuto se compran un millón de botellas de plástico? De acuerdo con las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), muchas de ellas terminan en lugares donde no deberían estar, generando impactos negativos en el medio ambiente.
No queda duda de que existe una necesidad urgente de abordar los problemas ambientales y que las empresas, personas y los diferentes actores de la sociedad tomemos las acciones necesarias para contribuir a tener un mejor planeta. Por ello, durante la cuarta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente se acordó reducir el consumo de plásticos de un solo uso y así, el mundo asumió el compromiso de promover un nuevo sistema de vida para nuestros residuos conocida como: economía circular.
La economía circular se presenta como una alternativa a través de nuevos procesos de producción, donde después de usar los recursos, se logra la reutilización de sus componentes para reducir al máximo su impacto negativo en los ecosistemas. Este flujo circular se hace necesario en un país donde, según la Comisión de Economía Circular de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), solo se recicla el 4% de las 19 000 toneladas de residuos sólidos que se generan al día.
De esta manera, las botellas retornables de vidrio o de plástico PET se convierten en una oportunidad para contribuir con el ambiente, pues en comparación con las botellas de un solo uso, los análisis de ciclo de vida han hallado que los envases retornables ahorran hasta un 40% de materias primas y un 50% de emisiones de gases de efecto invernadero.
Usando retornables contribuimos para tener un mejor planeta
Cambiar nuestros hábitos puede ser todo un reto. No obstante, cuando nos referimos a la economía circular podemos pensar en pequeñas decisiones de consumo que son equivalentes a grandes acciones por el planeta.
Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas nos recuerda que podemos inspirarnos en la misma naturaleza, donde no existe un concepto de desperdicio y todo lo que genera se convierte en insumo para otro organismo, siendo esto la base de la economía circular. De igual forma, nosotros también podemos ser parte de un ciclo en donde nuestras botellas puedan retornar a su origen para volver a llenarse.
Reutilizar se ha convertido en una tarea para la ciudadanía y sobre todo para las empresas, que poco a poco han incrementado la producción y promoción de los envases retornables de vidrio y plástico para que estén cada vez más presentes en nuestras vidas. De hecho, según un informe reciente de la ONG Oceana, aumentar en un 10% el volumen de bebidas vendidos en botellas retornables evitaría que entre 4 500 y 7 600 millones de botellas de plástico se viertan al mar cada año.
Ahora sabemos que al ir a una bodega y pedir una botella retornable de vidrio o plástico PET, no solo estaremos ahorrando dinero sino también siendo responsables con la naturaleza.
¿Qué sucede una vez que retorno mis botellas?
El proceso de retornabilidad empieza cuando devolvemos un envase vacío en un punto de venta –que no necesariamente es el mismo donde lo compramos– para adquirir una nueva bebida. Estos envases recibidos se rellenarán después, tras un riguroso proceso de lavado que incluye esterilización química y con temperatura. Asimismo, se pone en práctica una limpieza mecánica y una inspección electrónica final con sistema de cámaras para asegurar que el producto regrese a nuestras manos con total inocuidad.
En promedio, los envases retornables PET tienen una vida útil de 12 a 15 vueltas. Es decir, en cada vuelta, el envase regresa a la planta de bebidas para ser llenado luego de un minucioso proceso de limpieza y en el caso de los envases retornables de vidrio, pueden circular hasta 30 veces. De manera que, la huella ambiental de los envases retornables es menor frente a otros.
Y al final, cuando la botella retornable cumplió su ciclo de vida, esta regresa nuevamente a convertirse en insumo para la elaboración de nuevas botellas retornables de vidrio o PET, pues en ambos casos son hechos con material 100% reciclable. Es decir, el material usado se aprovecha al 100% sin convertirse en residuos que contaminen el medio ambiente.
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