Conoce qué es la movilidad sostenible y por qué necesitamos ciudades con vías públicas para todas las personas, ya sean peatones, ciclistas o usuarios del transporte público.
Una ciudad sostenible es aquella que ofrece calidad de vida a sus habitantes sin poner en riesgo el medio ambiente y garantizando igualdad entre sus ciudadanos. Además, teniendo en cuenta que, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desde 2007, más de la mitad de la población mundial ha estado viviendo en zonas urbanas, este bienestar también implica planes de movilidad urbana que mejoren las dinámicas sociales, económicas y ambientales en las ciudades.
De igual forma, el acelerado crecimiento no planificado de las urbes en Latinoamérica ha tenido como consecuencia que algunos grupos sociales vivan en áreas alejadas del centro, teniendo que realizar largos desplazamientos para llegar a las escuelas, trabajos y hospitales.
Por otro lado, fortalecer la planificación urbana también es clave para mejorar la resiliencia si pensamos en esta nueva convivencia. De hecho, de acuerdo con el proyecto TRANSfer – de la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional–, un buen uso del espacio, con vías bien diseñadas que conecten distintos vecindarios, puede mejorar el estado físico y mental de los habitantes, lo que puede hacer que las ciudades sean más saludables a largo plazo.
¿Qué es el transporte urbano sostenible?
Este tipo de transporte se basa en una estructura eficiente para movilizarnos por la ciudad, ya sea caminando, en vehículos no motorizados como la bicicleta y en transporte público. Sin embargo, actualmente nos enfrentamos a una gran demanda en las vías públicas debido al exceso de automóviles y sus consecuencias como tráfico vehicular, riesgos de accidentes, contaminación acústica y del aire.
Por esta razón, necesitamos cambiar nuestras ciudades pensando en espacios que puedan ser usados por todas las personas, ya sean peatones, ciclistas o usuarios del transporte público. A continuación, te contamos más sobre tres grandes aspectos que nos ayudarán a mejorar nuestras ciudades:
1. Vías seguras para los ciclistas
Alrededor del mundo, la bicicleta se ha consolidado como la mejor opción de transporte durante la pandemia por garantizar medidas de precaución sanitaria como el distanciamiento social. En nuestro país, el 40% de los limeños estaría dispuesto a usar la bicicleta como medio de transporte después del estado de emergencia, según encuesta de CPI y la Municipalidad de Lima.
Asimismo, es relevante destacar que, entre los beneficios de la bicicleta, mejora la calidad de vida de la ciudadanía al incrementar la actividad física y reducir problemas como la congestión vehicular, la contaminación ambiental y el ruido. Por ello, es necesario una planificación urbanística que proporcione seguridad al trasladarse y conexiones entre distritos que permitan a los ciudadanos movilizarse con tranquilidad.
2. Movilidad para todos
De acuerdo con el Banco de Desarrollo Interamericano, en América Latina y el Caribe (ALC), una gran proporción de los sistemas de transporte urbano e interurbano sigue siendo inaccesible para las personas con discapacidad, colocándolas en una situación de aislamiento económico, social y personal.
Las barreras en las calles, a la falta de acondicionamiento de los vehículos y construcciones, no solo afecta el derecho a transportarse de los ciudadanos con discapacidad, sino también hace difícil el día a día de la población más vulnerable o de atención prioritaria como los ancianos.
Para ONU Hábitat, una vía inclusiva contempla, entre otros aspectos, cruces seguros y accesibles, señalización adecuada, reducción de la velocidad en entornos como escuelas o parques, sistemas de orientación intuitivos, lugares de descanso, tiempo suficiente de cruce en intersecciones, cruces peatonales con rutas continuas sin escalones, pavimento podotáctil (superficie con textura para peatones con discapacidad visual), entre otros.
3. Sistema de transporte de calidad
La congestión vehicular es causada principalmente por el uso intensivo de los autos y según la ONU, priorizar la infraestructura vial en beneficio del automóvil privado ha agravado el problema. Esto se debe, en parte, a la baja calidad del transporte público de las ciudades que nos ha acostumbrado a trasladarnos en buses pequeños, muy antiguos y donde viajamos aglomerados.
Frente a esto, es urgente implementar sistemas de transporte eficientes que satisfagan las necesidades de los ciudadanos y promuevan su uso a través de beneficios como la reducción de congestión vehicular, ahorro de dinero y mejora de la calidad del aire para contrarrestar los estereotipos asociados al transporte público.
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