La mayoría de estas estrellas recién descubiertas están ocultas a la vista en luz visible por grandes cantidades de polvo y gas en la Vía Láctea, pero la luz infrarroja puede atravesarlas, lo que permite a los científicos verlas por primera vez.
Astrofísicos publican en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, el descubrimiento de 'viejos fumadores' y 'recién nacidos llorones' entre las estrellas ocultas detectadas por primera vez
El hallazgo, dirigido por el profesor Philip Lucas, de la Universidad de Hertfordshire, se hizo después de monitorear casi mil millones de estrellas en luz infrarroja durante un estudio del cielo nocturno que duró 10 años.
También detectaron docenas de estrellas recién nacidas raramente vistas, conocidas como protoestrellas, que sufren estallidos extremos durante un período de meses, años o décadas, como parte de la formación de un nuevo sistema solar. Estas fueron apodadas 'recién nacidas lloronas', informa en un comunicado la Royal Astronomical Society (RAS).
La mayoría de estas estrellas recién descubiertas están ocultas a la vista en luz visible por grandes cantidades de polvo y gas en la Vía Láctea, pero la luz infrarroja puede atravesarlas, lo que permite a los científicos verlas por primera vez.
El equipo de astrónomos del Reino Unido, Chile, Corea del Sur, Brasil, Alemania e Italia llevó a cabo sus investigaciones con la ayuda del Telescopio de rastreo visible e infrarrojo (VISTA), un telescopio construido por Gran Bretaña en lo alto de los Andes chilenos, en el Observatorio Cerro Paranal, que se encuentra parte del Observatorio Europeo Austral (ESO).
El equipo observó atentamente cientos de millones de estrellas y analizó 222 que mostraban los mayores cambios de brillo. El principal objetivo era encontrar estrellas recién nacidas raramente vistas, también llamadas protoestrellas, mientras experimentan un gran estallido que puede durar meses, años o incluso décadas.
Hallazgo de 32 protoestrellas
El equipo descubrió 32 protoestrellas en erupción cuyo brillo aumentó al menos 40 veces y, en algunos casos, más de 300 veces. La mayoría de las erupciones aún están en curso, lo que permitió a los astrónomos analizar por primera vez una gran cantidad de estos misteriosos eventos a lo largo de su evolución, desde el estado inactivo inicial, pasando por el pico de brillo y hasta la etapa decreciente.
Sin embargo, el estudio también arrojó algo completamente inesperado. Había 21 estrellas rojas cerca del centro de la Vía Láctea que mostraron cambios ambiguos en su brillo durante los 10 años que duró el estudio.
El análisis de los espectros de siete de estas estrellas, en comparación con datos de estudios anteriores, concluyó que en realidad se trataba de un nuevo tipo de estrella gigante roja.
Estas estrellas ancianas permanecen en silencio durante años o décadas y luego expulsan nubes de humo de una manera totalmente inesperada.
Otra pista sobre este nuevo descubrimiento reside en la ubicación de estas estrellas gigantes cada vez más menguantes.
Están muy concentrados en la parte más interna de la Vía Láctea, conocida como Disco Nuclear, una región donde las estrellas tienden a ser más ricas en elementos pesados que en cualquier otro lugar.
Esto debería facilitar que las partículas de polvo se condensen a partir del gas en las capas exteriores relativamente frías de las estrellas gigantes rojas.
Sin embargo, sigue siendo un misterio cómo esto conduce a la expulsión de las bocanadas de humo denso que observó el equipo.
Los investigadores dijeron que sus descubrimientos podrían cambiar lo que sabemos sobre la forma en que se distribuyen los elementos en el espacio.
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