El actor nacional y líder de Chabelos vuelve a la pantalla grande con "Margarita 2 y la banda de los hermanos mayores". Sobre ese y otros temas conversó con RPP Noticias.
El actor Giovanni Ciccia regresa al cine con la secuela de "Margarita", en la que vuelve a compartir roles con la pequeña Francisca Aronsson. La cinta estrenará el 2 de agosto y busca convertirse en la película familiar del año.
Pero este no es el único proyecto en el que está envuelto Ciccia, tiene un programa de TV por cable y está terminando de editar el nuevo disco de su banda Chabelos, llamado "Priapismo", que vuelve tras una década de su último álbum "Nunca seremos músicos" (2008).
Recordado por su papel de Orlando Hernández, en "Django", Ciccia reflexionó sobre el cine peruano, redes sociales, música y de cómo con los años, el arte ha pasado a ser relegado por la cultura de la trivialidad. "Se valora más la imagen exterior, todo se vuelve más superficial, banal, no se profundiza, y todo es descartable", cuenta en algún momento de esta entrevista.
¿Qué recuerdas del rodaje de "Margarita 2"?
Fue un rodaje especial. Rodamos en Tumbes, en Punta Sal y en Zorritos. Me parece importante que el cine empiece a buscar otros escenarios y empiece a vender nuestro país en sus películas. Las oportunidades de trabajar dentro del Perú no se dan todos los días y es bonito que pase, que se descentralicen las locaciones. Es la segunda vez que filmo una película fuera de Lima.
Grabaste con Palito Ortega, quien fue uno de los mayores impulsores de la escuela de cine ayacuchano y además, gran artífice de la descentralización del cine peruano...
Es increíble que al año se hagan 30 o 40 películas en Perú. Cuando yo empecé, apenas había una o dos. No todas las películas son buenas, o son malas, pero tenemos un abanicos de posibilidades. Es increíble ver que en plataformas digitales hayan películas peruanas, porque hay material, existe cine clásico peruano... hace 20 años apenas hablábamos de "En la boca del lobo" o "Gregorio".
Vuelvo a resaltar tu trabajo con Palito Ortega, porque hace unas semanas, se hizo una anticampaña por una conocida actriz, que lo acusó de hacer apología al terrorismo en su última cinta "La Casa Rosada"...
Tenemos una facilidad para ponerle nombres gigantescos a cosas tan ínfimas. Esto ni siquiera fue una anticampaña, fue el comentario de una persona desde la total ignorancia por confundir a nuestro director peruano con un cantante argentino. Ese comentario fue totalmente fuera de lugar, ¡pero se convirtió en una anticampaña!
Mencionaba "anticampaña" por el gran nivel de convocatoria que tiene esta persona...
Igual creo que se le da mucha importancia al sensacionalismo. Cuando esta persona dice algo, se convierte en tema nacional. Pero fue bueno, porque más gente vio la película.
Pese a la gran producción de cine comercial en Perú, hay también un sector de público que critica cosas como "siempre los mismos actores", "siempre las mismas películas", "siempre las mismas historias"....
No me tendría que importar. A veces es difícil trabajar con tanto acceso al comentario. Antes tenías que luchar contra dos críticos malvados que podían destruir tu película, pero eran al menos gente especializada. Ahora uno tiene que luchar con la opinión de cualquier persona. A mí me entristece que digan: "¡Por qué siempre el mismo actor!". Y qué, ¿acaso no puedo trabajar?, ¿me tengo que retirar porque ya hice tres películas? Mi labor no es darle trabajo a otros actores, yo sigo avanzando y entrarán nuevos. No podría hacer el papel de un chico de 20 años. No sé qué reclama la gente cuando dicen que siempre son los mismos actores o las mismas películas... pues que compren otras y dejen trabajar a la gente. Es como que yo reclame en la calle porque hay tantos chifas en la ciudad.
Mencionaste que en tus inicios no existía tanto escrutinio público como hoy en día. Incluso, la gran cantidad de comentarios hace que algunos tomen decisiones en base a lo que opine la mayoría en sus redes sociales...
Ese es un error. Si empiezas a obedecer lo que dice la gente, no tendrás la aprobación de todos, tienes que hacer lo que tú crees. Pero sí existen medios que obedecen a eso, por su naturaleza, como el ráting. En caso del cine y teatro, tal vez no funcione así, las obras las hacemos porque creemos que son importantes. Si viene gente o no, igual seguimos trabajando.
En la coyuntura política actual de nuestro país, ¿crees que es más necesario el teatro y el arte social? Ese que dice las cosas que otros no quieren decir...
Si bien creo que el arte y la cultura son cada vez más necesarios, siento que son menos requeridos por el público. Eso me preocupa y me entristece un poco de estos tiempos. Se valora más la imagen exterior, todo se vuelve más superficial, banal, no se profundiza, y todo es descartable. Es como el Instagram, pones like y pasas. Ya no hay lugar para el debate, todas son opiniones emotivas. La cosa está complicada.
Esa sensación de hacer todo descartable sucede también con la música, ¿no crees?
Cuando yo era chico existía "la música de viejos" (boleros, valses) y los jóvenes debíamos escuchar rock. Dentro del rock estaba el heavy metal y el punk. Y si escuchabas metal, no podías escuchar punk. Pero ahora los chicos tienen un playlist donde ponen todo tipo de música. Eso es bueno, porque los chicos y los padres escuchan la misma música, es lindo. Pero por otro lado, se empieza a perder el gusto por la obra artística del músico. Por ejemplo, discos como "The Dark Side of the Moon" de Pink Floyd, o "Maestra vida" de Rubén Blades, son obras de arte. Empiezan y terminan de una manera, por eso fueron concebidas de esa manera. Entonces, al poner sus canciones en un playlist, es como que tú recortes pedazos de varias pinturas para hacer otro cuadro. Es un poco eso. Pierde el valor más importante, y se convierte en solo un poquito de entretenimiento.
Hablando de música, ¿habrá nuevo disco de Chabelos?
Se viene un nuevo disco, que será un álbum concepto. Las canciones están pensadas sobre cual debe ir primero que la otra. El disco se llamará "Priapismo" y debe estar en tiendas y conciertos desde agosto o septiembre. Igual los temas principales y los singles estarán en las tiendas digitales. Aunque habrá una diferencia entre el disco físico y virtual. Sobre todo porque hay cosas que no funcionan en la plataforma digital, hay tracks que por algún motivo están ligados al otro y si entran a una plataforma se van a quedar huérfanos.
Pareciera que Los Chabelos se quieren volver progresivos...
No, eso significa que somos unos viejos y que nos importan cosas que no le importan a nadie hoy en día.
Aún así, eso refuerza que el arte en la música se está perdiendo en el tiempo...
Es que soy coleccionista de discos de vinilo, y ahora sin querer colecciono CDs porque ya no se usan, y tengo hasta VHS. Para mí el máximo placer es poner Play y escuchar el disco de inicio a fin, y ese placer ahora pocos los cultivamos.
¿Este nuevo disco en qué se diferenciará de los anteriores trabajos de Chabelos?
Han pasado diez años desde el anterior disco ("Nunca seremos músicos" de 2008), y creo que este nuevo es un poco más rabioso, conserva el humor y es el que mejor suena. Lo hemos trabajado con más tiempo, más recursos, mayor tecnología. Lo grabamos con Kenneth Quiróz y Rafo Ráez es el productor.
¿Sergio Galliani (actor y baterista de Chabelos) ya está tocando con metrónomo?
(Sonríe) En verdad nadie toca mucho con metrónomo en Chabelos. Creo que parte de nuestro espíritu es que todo suene con aire sucio e improvisado. Y esa improvisación ─aunque no lo crean─ se piensa un montón. Chambeamos un montón, no todo es a la chacota. Ayer estaba en una sesión de mezcla con Kenneth y le decía que sonaba demasiado bien, había que ensuciarlo, que 'chabelearlo' porque ese es nuestro espíritu.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar nuevamente con Francisca Aronsson? Se ha convertido en una pequeña estrella y a su corta edad está teniendo bastante exposición...
Francisca es una actriz joven que quizás es una de las más importantes y conocidas. Yo me quedé sorprendido cuando una vez prendí la televisión y la vi en comerciales, en novelas... yo me enteré quién era después de trabajar con ella. Además es super profesional, porque he grabado escenas difíciles con ella, en horarios duros, pero ella lo ha asumido como una profesional. En la última película tuvimos una escena de riesgo en la que debía trepar por encima de unas maderas astilladas. En un momento, el peso de las maderas cedió y se raspó las piernas, entonces pensé que debíamos terminar ahí, pero ella se enjugó los ojos y quiso seguir adelante hasta hacerlo bien. Eso me hizo pensar: 'wow, qué achorada, qué ganas de hacer bien su trabajo'.
En tus años como actor y músico, ¿has notado que el medio artístico ha sido represivo o agresivo con las mujeres?, ¿sientes ahora un empoderamiento de la mujer en el arte?
He sido dirigido por mujeres, he trabajado con productoras y actrices mucho más talentosas y famosas que yo. En el medio en sí no he sentido eso. No podría decir que en mi medio ha pasado eso. Es más, en el teatro existen dramaturgas espectaculares, tenemos directoras de cine, productoras de televisión... más bien, creo que lo más fuerte ha sido desde el lado del público. Al trabajar con alguna actriz que por interpretar un personaje involucrado en un escena sexual, he visto que se le ha tildado de prostituta o se le han hecho insinuaciones sexuales, y ella solo está haciendo su trabajo de forma profesional. Siempre está la idea de que el hombre que está involucrado en un tema sexual, es un bacán, y la mujer es una puta. Hay que limpiar esa tontería de nuestras cabezas y de nuestra idiosincracia.
Un ejemplo de esto puede ser la primera película de "Django". Por algunas escenas a ti muchos te calificaban de "héroe" y a Melania Urbina no la trataban muy bien...
Es un buen ejemplo. En "Django", Melania la pasó muy mal. No inmediatamente después de hacer la película, pero sí muchos años después. Hasta el punto de que ella dejó de hablar del tema y no quiso volver a hacer una película así. Esto no era justo porque ella hizo un gran trabajo y merece hablar con orgullo de su trabajo, no ocultarlo. Ahora, hablando de lo que mencionas (empoderamiento), las cosas han cambiado. Ella pasó de no querer hablar del tema a reconocer que su trabajo lo hizo profesionalmente, y que lo seguirá haciendo porque tiene nada que ocultar ni obedecer a las tonterías que digan los demas. Eso creo que es empoderamiento. Depender de ellas mismas, que ellas mismas respondan y no le hagan caso a nadie.
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