Buscar
RPP Noticias
Estás escuchando En vivo
 
00:00 / 00:00
Lima
89.7 FM /730 AM
Arequipa
102.3 FM / 1170 AM
Chiclayo
96.7 FM / 870 AM
Huancayo
97.3 FM / 1140 AM
Trujillo
90.9 FM / 790 AM
Piura
103.3 FM / 920 AM
Cusco
93.3 FM
Cajamarca
100.7 FM / 1130 AM
La información más relevante de la actualidad al momento
Actualizado hace 0 minutos
Reflexiones del evangelio
Lunes 30 de diciembre | "Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret"
EP 862 • 12:00
Entrevistas ADN
El pueblo peruano está siendo maltratado, señala Arzobispo de Lima
EP 1770 • 18:37
Informes RPP
De Palacio a Palacio: los juicios acechan a los expresidentes en 2025
EP 1238 • 06:12

Invitación a la lectura económica

Leamos a los autores económicos sin prejuicios. De esta manera, podemos aplicar ideas diversas y útiles en nuestra vida; también ejercer un derecho a voto mejor informado.

Recientemente leía “Capitalismo y felicidad” de Milton Friedman y pensaba: “aun discrepando de tantas cosas con el autor, ¿qué puedo rescatar de él?” Grosso modo, la tesis de Friedman es la siguiente: el contrato social debería tener solo acuerdos mínimos, todo lo demás es un recorte a las libertades de los ciudadanos, que, si son guiados solo por sus intereses individuales, y encuentran a través de la oferta y la demanda las soluciones a sus problemas, todos tendrán un mejor estilo de vida y mayor libertad.

El problema, a mi juicio, es el exceso de entusiasmo de Friedman. Mismo exceso que lo lleva afirmar que existan leyes de tránsito que nos obliguen a usar el cinturón de seguridad en los asientos de los vehículos es una intromisión gubernamental inaceptable. También, afirmaba Friedman, el gobierno no debería fijar un pago que sea considerado el salario mínimo. Ese debe ser un asunto entre empleador y empleado.

Bien, pues, con que me quedé finalmente: con el elogio que podemos hacerles a nuestros ancestros que, efectivamente, trabajaron de sol a sol para que no faltara el pan en la mesa. Con el pensamiento utilitario, pero bien intencionado de nuestros mayores y de muchos otros peruanos, que no tuvieron la oportunidad de ir a la universidad, y aun así se empleaban, sin importarle cuestiones como la vocación o el pensamiento positivo en la empresa. Ellos querían que no faltase el trabajo, trabajaban de lo que sea, pero algo se debía de llevar a la casa. Discrepo con Friedman en sus propuestas, pero comparto el elogio que hace de la gente de antes y su ética laboral.

Podemos aplicar este mismo criterio a otros autores económicos controvertidos como Karl Marx. Qué podemos rescatar de él, sabiendo incluso que debemos discrepar con él, si queremos pensar democráticamente, en su defensa del uso de la violencia. Propongo rescatar su concepto del “fetiche de la mercancía”. Concepto que muy agudamente nos recuerda que el ser humano moderno, otrora tribal, sigue adorando a tótems, a objetos sagrados.

| Fuente: Freeimages

En las sociedades modernas, ese lugar, ahora, lo ocupa la mercancía: el calzado o la ropa de alguna marca prestigiosa o el teléfono móvil de alguna empresa tecnológica reconocida por ser innovadora. Esa cuasi adoración por la mercancía oculta muchas veces una cadena de explotación. Hay muchas marcas de calzado deportivo que emplea a gente en China o Vietnam en pésimas condiciones laborales y con una muy mala remuneración, pero nosotros, al embelesarnos por la belleza del calzado que vamos a comprar, no nos interesamos para nada por la cadena productiva precedente a que el producto estuviese en el mostrador de alguna tienda.

En ese contexto, no debemos olvidar las pretensiones de Adam Smith, la economía como una extensión del pensamiento filosófico moral. A través de la ética se busca la vida buena, a través de la política se busca la vida buena compartida en comunidad. La economía debería ayudar tanto a la ética como a la política para la consecución de estos fines nobles.

Leamos a los autores económicos sin prejuicios. De esta manera, podemos aplicar ideas diversas y útiles en nuestra vida; también ejercer un derecho a voto mejor informado. Porque, aunque no lo parezca, la economía en sus bases filosóficas y etimológicas está más cerca de una ama de casa tratando de administrar bien los recursos del hogar que de un especialista haciendo proyecciones de crecimiento de alguna empresa particular que están siendo proyectadas en un ecran. Esta crisis inflacionaria que estamos padeciendo todos los peruanos nos recuerda que la economía es un asunto de todos nosotros, los ciudadanos, no solo de los economistas.

NOTA: “Ni el Grupo RPP, ni sus directores, accionistas, representantes legales, gerentes y/o empleados serán responsables bajo ninguna circunstancia por las declaraciones, comentarios u opiniones vertidas en la presente columna, siendo el único responsable el autor de la misma.

Directora Ejecutiva de la Revista SÍLEX y profesora principal de la Escuela de Filosofía de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Filósofa por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Obtuvo maestrías en Filosofía, Sociología y Filología Románica por la Universidad de Friburgo, Alemania. Es doctora en Filosofía en la especialidad de filosofía social por la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt, Alemania.

Tags

Otros columnistas

Ver más

Suscribirte al boletín de tus noticias preferidas

Suscríbete a nuestros boletines y actualiza tus preferencias

Buzon
Al suscribirte, aceptas nuestras políticas de privacidad

Últimas noticias

Contenido promocionado

Taboola
SIGUIENTE NOTA