A más de uno nos debe haber pasado el haber dicho algo y creer que el otro nos ha entendido, y darnos cuenta luego de que no fue así, y que fuimos malinterpretados. O viceversa, pensar que entendimos lo que nos dijeron cuando la otra persona nos quería transmitir otra cosa. Son errores frecuentes en la comunicación. Y si a estas malinterpretaciones en los mensajes le añadimos el componente emocional que acompaña cada comunicación, el tema se complica y podemos incurrir en muchos más errores.
¿Cómo hacer para comunicarnos de una manera en la que seamos entendidos y al mismo tiempo entendamos al otro?, ¿cómo hacer para comunicarnos sin dañar ni salir dañados? En primer lugar, debemos revisar cuál suele ser nuestro estilo para comunicarnos.
Madelyn Burley Allen específica las características más relevantes de los estilos de comunicación:
- Estilo agresivo: Las personas que se comunican con este estilo dicen lo que piensan, sienten, quieren, sin tener en cuenta el derecho de los demás a ser tratados con respeto. Se centran en sus necesidades sin considerar las de los demás. A nivel no verbal presentan gestos agresivos como cerrar los puños, golpear cosas, cerrar puertas ruidosamente, empujar, entre otros. El tono de voz es alto, suelen gritar. Son muy críticos y pueden herir con sus comentarios. Creen que siempre tienen la razón y que nunca se equivocan. Piensan que sus sentimientos son más importantes que los de los demás. Se molestan cuando los demás no actúan como ellos esperan. Su comunicación está acompañada de enojo, hostilidad, impaciencia, irritación y frustración. Este estilo de comunicación genera resistencias en los demás y daña las relaciones interpersonales.
- Estilo pasivo: Las personas que se comunican con este estilo evitan decir lo que piensan, sienten, quieren, porque tienen temor a las consecuencias de expresarse, no creen en sus propios derechos, ponen por encima los derechos de los demás, y no saben cómo manifestarse. Por lo general su tono de voz es bajo, titubeante, sumiso. Les cuesta mirar a los ojos de la persona con la que están hablando. Se hallan vacilantes, dudosas y ansiosas al comunicarse (incluso antes o después de hacerlo). Creen que nunca deben estar en desacuerdo con el otro. No tienen iniciativa para comunicarse y dejan en manos del otro las decisiones importantes. Generalmente se sienten avergonzadas y con baja autoestima. Albergan resentimientos al no poder expresarse y al exponerse a ser maltratados, sentirse disgustadas por ser pasivas. También experimentan malestares físicos como migrañas, dolor de espalda, dolores de cabeza, problemas de la piel, úlceras, entre otros.
- Estilo asertivo: Las personas que se comunican con este estilo dicen lo que piensan, sienten, quieren, sin perjudicar el derecho de los demás, de manera franca, honesta y no amenazadora. Operan desde el escoger alternativas, son realistas, razonables y justas. Tiene la firme convicción de que a través del diálogo se puede llegar a acuerdos. Son flexibles y saben escuchar. Enfrentan los problemas en el momento en que suceden; no dejan que los sentimientos negativos se vayan agrandando, inician el clarificar resentimientos y malentendidos.
Por lo general, los seres humanos oscilamos entre estos estilos, no hay un estilo puro al cien por ciento, pero sí hay la tendencia a comunicarse con más frecuencia en uno de ellos. Todos hemos sido alguna vez pasivos, agresivos o asertivos, dependiendo de las circunstancias y de las personas que nos rodean. Sin embargo, es importante identificar dentro de qué estilo comunicativo solemos movernos para tomar conciencia y siempre intentar mejorar.
Además de estos estilos, hay errores en los que solemos incurrir cuando se trata de comunicarnos, tanto cuando estamos expresándonos o cuando estamos recepcionando un mensaje.
Los errores más frecuentes por parte del que habla y que causan conflictos en la comunicación son:
- El no haber pensado lo que se quiere decir, hablar improvisando y sin un orden o secuencia lógica.
- No expresarse con claridad, con un lenguaje entendible.
- Hablar demasiado rápido o demasiado lento.
- Extenderse en detalles y aclaraciones innecesarias.
- Intervenir aunque no se tenga algo importante que decir.
Para contrarrestar estos errores es recomendable:
- Expresar tu opinión de manera clara y coherente, después de haber pensado lo que quieres decir y lo que necesitas se entienda.
- Adaptarte a la capacidad de comprensión de los demás utilizando un lenguaje comprensible.
- No extenderse demasiado pero si dar toda la información importante.
- Expresar las opiniones y sentimientos buscando sinceramente llagar a soluciones.
- Defender tus puntos de vista sin tratar de imponerlos.
- Si no tienes nada bueno o importante que decir es mejor quedarte callado
Los errores más frecuentes por parte del que escucha y que causan conflictos en la comunicación son:
- No presta atención cuando el otro está hablando.
- Refutar constantemente, buscando siempre los fallos del otro.
- Oír al otro pensando la respuesta y preparándola.
- Buscar dobles intenciones en lo que los demás dicen.
- Rechazar toda opinión contraria a tu punto de vista.
- No aceptar que otros pueden tener la razón.
Para contrarrestar estos errores es recomendable:
- Permanecer en actitud de interés y atención.
- Pasar por alto los pequeños defectos del comunicante.
- Buscar comprender al otro y adoptar una actitud de aceptación cordial.
- Intentar ser objetivo.
- Acepta las ideas y soluciones que los demás proponen.
Algunas recomendaciones más:
- Ponte al frente de la persona con la que vas a conversar y mírala amigablemente a los ojos.
- Utiliza la postura de tu cuerpo y las expresiones de tu rostro, que indiquen que estás interesado en la conversación.
- Busca el lugar y el momento adecuados para conversar.
- Si te das cuenta que la otra persona va a reaccionar mal al principio de la conversación, vale la pena preparar antes el terreno con algunas palabras que tranquilicen.
- Fundamenta tus conversaciones en el mutuo respeto.
- Tenemos derecho a retirarnos de una conversación si creemos que la otra persona está siendo demasiado agresiva.
- Cuando las personas no logran ponerse de acuerdo es necesario buscar ayuda.
Con estas recomendaciones espero poder ayudarnos a comunicarnos mejor. Podemos evitar muchos conflictos si aprendemos a comunicarnos bien. Es importante recordar que detrás de una comunicación hay un vínculo con la persona que puede reforzarse para bien si somos asertivos, o que por el contrario, puede romperse si es que no nos comunicamos de manera adecuada.
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