“Un cerro solitario poco elevado en aquel desierto de cenizas: es la huaca juliana, temida por sus leyendas fantásticas. Luego, apenas si de vez en cuando el suelo presenta algunas ruinas abandonas y huacas frecuentadas solo por águilas y cóndores y algún zorro, huésped del silencio y de la soledad…La monotonía de aquella soledad solo es interrumpida por los mugidos lejanos de los rebaños que pacen la hierba de los potreros cercanos a las haciendas. De repente, una nube espesa de polvo blanco se levanta entre las tapias para anunciar que los rebaños siguen lentamente el camino que los lleva a sus establos. Se oye en medio del silencio general, la voz del pastor que los acompaña e, incluso, el látigo que los estimula. Después, el paisaje recupera su monotonía, y sólo se oye el mugido lejano de la ola que rompe contra el acantilado”.
El fragmento que usted acaba de leer, esa parte de Miraflores alrededor de la huaca “Pucllana”, se lo debemos al viajero francés Camille Pradier-Fodéré, quien llegó al Perú junto a su padre, Paul Pradier-Fodéré, en 1874. Nacido en Paris en 1854, el joven Camille se matriculó en el claustro sanmarquino a su llegada a nuestro país. Sucede que el doctor Paul Pradier-Fodéré, su progenitor, había sido contratado por el gobierno de Manuel Pardo para organizar la Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas. Pardo, desde una perspectiva modernizadora, era consciente que el Perú requería formar una elite burocrática que entendiera el quehacer gubernamental, pues las carencias administrativas de nuestro estado eran muchas en varios sentidos. De ahí la presencia del profesor Paul Pradier-Fodéré, quien fue el primer decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas de San Marcos, cargo que ostentó desde 1974 hasta 1879.
En los años que vivió en el Perú Camille Pradier-Fodéré no sólo llegó a doctorarse en derecho en 1878, accedió a una cátedra en las aulas de la decana de América e inició una carrera en la administración pública. También se casó con la joven limeña Dominga Molina Torres, quien trágicamente falleció un año después de casarse con el joven parisino. Este hecho luctuoso, la inestabilidad económica y social previa a la guerra del pacífico y el conflicto bélico en sí, obligaron a los Pradier-Fodéré a irse del Perú a fines de 1879. Años después de su estadía peruana, Camille Pradier-Fodéré, publicó en Francia en 1897 un interesantísimo libro, Lima y sus alrededores (Lima, Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2021), en el cual retrata con agudeza, afecto y evidente talento la ciudad de Lima y su entorno años antes de la infausta guerra.
Gracias a este libro, los lectores podrán acceder a una época y a un espacio que nos permite conocer la evolución urbana de Lima. Además, una manera de viajar en el tiempo; de poder entrar en contacto con costumbres y actores que no ya existen o hábitos que evolucionaron hacia otras formas de expresarse y direcciones. De ahí que Lima y sus alrededores no solo sea una lectura gratificante, también es estimulante desde el punto de vista académico. Ojalá se puedan seguir editando o reeditando textos de estas características para seguir “haciendo memoria” de lo que fuimos.
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