Como toda ideología, la ideología de género (en adelante IG) plantea un sistema de ideas lógico y coherente con unas premisas falsas y otras verdaderas. La premisa falsa de la que parte la IG sostiene que la persona no nace con sexo, sino uno lo construye de acuerdo a lo que libremente le parece.
Es decir, que la naturaleza sexuada no tiene nada que ver con el rol cultural. Mientras que un elemento de verdad que plantea la IG es la libertad que cada quien tiene derecho a regir libremente su vida. Así lo explica el médico Renzo Paccini, especialista en bioética.
“Desde la lógica, si a una idea falsa le sumas una idea verdadera, vas a tener en conjunto una afirmación que es falsa. Y lo peligroso es que no todos están notando que eso es lo que presenta la IG”, acota Paccini.
Para el experto, hablar de IG no es hablar de homosexualidad. “El gran problema para la IG está en que existe el varón y la mujer en una relación desigual donde la mujer es la que sufre sometimiento. La visión de la IG es que la diferencia sexual es una imposición de la que hay que liberarnos destruyendo los sexos. Así van apareciendo diversos géneros”, dice.
“La IG al destruir los sexos, al varón y a la mujer por igual, busca a su vez destruir matrimonio y la familia, que es el contexto en el que, según ellos, se perpetúa esta presión o atentado a la libertad de escoger cada uno su género, es decir, su orientación o preferencia sexual”, acota Paccini.
Otra característica de la IG es que “plantea aproximarse al hombre desde una perspectiva sexualizada”, señala. “La sexualidad es un componente muy importante en la vida de la persona, pero no el principal, ni el que determina el valor de la persona como tal. No debe ser dejada de lado, sino que debe ser considerada en la vida de la persona en su justo lugar”, explica.
“La propuesta sexualizada de la IG es reductiva. Se debe tener una visión más amplia e integral del ser humano, que pasa por el amor y que implica otras virtudes como el sacrificio, la renuncia de sí mismo, la inclinación a servir a los demás, etcétera”, explica Paccini.
“La IG nace dentro del movimiento feminista en los cincuentas, se expande en los noventas y actualmente estamos camino a la imposición de esta ideología”, explica el experto. “Es clara la intención por parte de la IG de infiltrarse culturalmente. Esto se ve en la producción intelectual, la aceptación en la educación y la resonancia en los medios de comunicación”, señala.
Ir contra esta IG es un trabajo de largo aliento. “Es mucho más impactante una marcha del orgullo gay, trans, bisexual, etc. o un titular o una propaganda o una película a favor de esta ideología que lo que podemos lograr formando a personas jóvenes con una perspectiva verdadera acerca de lo que es el ser humano. Esto es un trabajo de todos los días, quizás menos notorio, pero que no debemos dejar de hacer”, acota.
Si bien la ideología de género plantea conflicto entre los sexos, existe una complementariedad evidente entre hombre y mujer. “Cuando el padre y la madre asuman sus roles como personas sexuadas dentro de las familias hay que esperar el fruto bueno”, señala Paccini.
“En algún momento la IG va a caer. No se cuándo ni cómo. Uno va viendo la experiencia en Europa. Lo absurdo de la IG se va haciendo cada vez más evidente. Los países escandinavos invirtieron mucho dinero en programas a favor de esta ideología”, señala.
Y agrega que “ahora van retirando las inversiones en sus programas de género porque luego de años nunca se alcanzaron los resultados que prometieron y la violencia hacia la mujer en vez de disminuir aumentó. Esa es la mejor demostración de que lo que afirma esta ideología es falsa”.
Para el experto es cuestión de seguir enseñando con paciencia la verdad acerca del ser humano donde el amor con las virtudes que encierra es el contexto de la vida de las personas. No se puede perder la esperanza en seguir trabajando formando a jóvenes y familias en valores más altos. Su propuesta es promover y fortalecer la familia.
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