Nacido un 21 de diciembre de hace cien años, el escritor Augusto Monterroso, nacionalizado guatemalteco, hizo de la brevedad su bandera literaria.
Los escritores españoles Enrique Vila-Matas, Juan Antonio Masoliver Ródenas y el también editor y fundador de la Editorial Anagrama, Jorge Herralde, rememoraron este martes al escritor latinoamericano Augusto Monterroso, premio Príncipe de Asturias y un "clásico" de las letras en lengua española, con motivo del centenario de su nacimiento.
Los tres, muy amigos del escritor, recordaron cómo conocieron a Monterroso y revivieron anécdotas que experimentaron junto a él en entrevistas concedidas a EFE, en las que ofrecieron algunas pinceladas de cómo era este autor guatemalteco más allá de su obra, un autodidacta que abandonó la escuela a los once años.
Augusto Monterroso Bonilla (Tegucigalpa, 1921-México, 2003), que se nacionalizó guatemalteco al llegar a la mayoría de edad y era conocido como Tito, comenzó a interesarse "por la literatura a través de autores latinos y de clásicos españoles con fabulistas que aprendí incluso de memoria", como confesó a EFE Monterroso en 1991.
"El dinosaurio", el cuento de una línea
Fue un escritor que durante su trayectoria cultivó los géneros literarios de la fábula, el cuento, la novela y el "ensayo personal", éste último su favorito.
Tal y como señaló el editor Jorge Herralde, Augusto Monterroso "es autor de una obra escasa y destiladísima" que, sin embargo, se volvió muy conocido gracias al micro-cuento "El dinosaurio".
Este micro-cuento está considerado "como la gran obra breve de Monterroso", tal y como afirmó Juan Antonio Masoliver, y "es el cuento de una sola línea más perfecto que existe según Calvino. Y yo también pienso lo mismo", agregó el escritor Enrique Vila-Matas, quien conoció a Monterroso "en la presentación de un libro de Pitol en Barcelona, en Tres Torres, sin saber que era el autor del 'dinosaurio'".
Se ha teorizado mucho sobre los posibles mensajes o significados que se esconden tras el micro-cuento. Pero lo cierto es que el origen del cuento de "El dinosaurio" es más sencillo de lo que parece.
Juan Antonio Masoliver, que conoció a Augusto Monterroso en Londres (Reino Unido) mientras él "estaba en la King's College" y del que se hizo íntimo amigo, reveló que "el micro-cuento es una realidad ya que el 'dinosaurio' era (estaba inspirado) un amigo de Monterroso muy corpulento que se solía quedar medio dormido en los lugares."
De hecho, el autor Italo Calvino, íntimo amigo de Monterroso, fue quien descubrió en "Seis propuestas para el próximo milenio" (1988) este reconocido micro-cuento.
Lo bueno si breve, dos veces bueno
Según Vila-Matas, el estilo de Augusto Monterroso consistía en "la brevedad, en la concisión y sobre todo en la corrección". "Por ejemplo, la frase famosa de Julio César "Vine, vi, vencí" para Monterroso en realidad debería haberse limitado en decir "Vencí". Pero el ritmo literario exigía el "Vine" y el "Vi", pero no más allá de esas tres palabras", señaló.
La obra de Monterroso ha sido editada por editoriales como Seix Barral o Anagrama. Herralde, fundador de esta última, explicó que "en Anagrama tuve la fortuna de publicar muchos libros suyos" como 'Movimiento perpetuo' (1972), 'Obras completas (y otros cuentos)' (1959), 'La oveja negra (y demás fábulas)' (1969), 'Lo demás es silencio' (1978), 'Los buscadores de oro' (1993) y 'La palabra mágica' (1983).
Monterroso vivió en México desde 1944, previo paso por Honduras y Chile, debido a que tuvo que exiliarse allí para huir de la dictadura establecida en Guatemala.
De hecho, fue en México donde el fundador de Anagrama conoció a Monterroso, quien "formó parte del grupo de 'amigachos', y amigos míos también, que eran Carlos Monsiváis y Sergio Pitol, entre otros", aseguró Herralde.
Monterroso "debió ganar el Cervantes", según Vila-Matas
Según Masoliver, cuando era joven, Augusto Monterroso era "un hombre muy tímido" que "hablaba poco, pero cuando hablaba, te tronchabas de risa", recordó también el fundador de Anagrama.
En 1997 Monterroso recibió el "Premio Juan Rulfo" y en el año 2000 se le otorgó el Premio Príncipe de Asturias de las Letras por su brillante carrera literaria, un galardón que Herralde celebró mucho en su día, ya que fue "un premio largamente merecido, que los fans de Augusto Monterroso esperábamos desde hacía años".
Sin embargo, Vila-Matas consideró que además del Príncipe de Asturias Monterroso "fue un autor que debió ganar el Premio Cervantes. No es que se trate de una injusticia -señaló-, pero sí fue un error no haber premiado a este grandísimo autor porque es un clásico de las letras en lengua española de todos los tiempos".
(Con información de EFE).
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