El escritor español se hizo acreedor a esta distinción con su obra "La marca del meridiano".
El escritor madrileño Lorenzo Silva obtuvo el Premio Planeta 2012 con la novela "La marca del meridiano", una nueva entrega de su pareja de investigadores Rubén Bevilacqua y Violeta Chamorro.
Silva ha asegurado sentirse orgulloso de formar parte de una nómina de ganadores en la que están sus admirados Ramón Sénder y Manuel Vázquez Montalbán.
Ha explicado que la novela ganadora es la historia de un hombre que nació en Montevideo y vivió en Madrid y "el meridiano del título es el de Greenwich, la línea que hay entre Madrid y Barcelona".
Este hombre que vive en Madrid, tiene que investigar un crimen en Barcelona, donde vivió en otra época, y esa pesquisa será también "un viaje a su propio pasado".
En unas breves palabras tras conocerse el fallo, Lorenzo Silva ha dado las gracias a su familia y a Barcelona, "un personaje más de esta novela y que se ha mostrado muy generosa conmigo, pues aquí recibí mi primer gran premio (el Nadal) y también me dio la mujer que quiero y una casa para vivir".
"La marca del meridiano" piensa Silva que es "la mejor de la serie, la más completa, la más madura, la que habla con más profundidad de los personajes".
La novela ganadora del Planeta habla de un asesinato de un guardia civil jubilado con el que uno de los personajes tiene un antiguo vínculo, y a partir de esa historia, se pone de manifiesto "la realidad de una sociedad española en crisis económica, pero también en crisis moral y con sus complejidades territoriales".
Ha comentado que España es un país complejo y como sus investigadores trabajan en cualquier lugar del país, en este caso se relacionan con autoridades de Cataluña y con la policía catalana.
"En esa complejidad, los protagonistas hacen un esfuerzo de diálogo, de comprensión, de trabajar juntos para resolver una trama de delincuencia organizada".
Además, en las páginas de la novela aflora "un discurso moral, que no moralista" a través de Bevilacqua y Chamorro, que tienen que adentrarse en vidas ajenas, aunque ambos personajes "no juzgan a otros que se saltaron su juramento o que faltaron a su deber".
La historia de la novela también puede ser vista, en opinión de Silva, como "una metáfora de la historia de aquellos hombres que cruzaron una raya que nunca debieron haber cruzado, hombres que aceptaron un código de honor y que en un momento dado olvidaron ese código" y, en cierto modo, es también la narración de "las equivocaciones éticas y sus consecuencias".
Ganar un premio grande como el Planeta tiene otro premio aparejado, subraya Silva, "que tus historias llegan a más personas y esas personas acaban cambiando lo que haces".
EFE
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