El Centro de la Imagen organizó una subasta en memoria de Ivo Dutra donde sus imágenes y las de importantes fotógrafos nacionales fueron vendidas para recaudar fondos para su pequeño hijo y su familia.
El último jueves, el Centro de la Imagen se llenó de imágenes no para conmemorar la muerte, sino para hacer perdurar la vida a través de la fotografía. Allí se organizó una subasta silenciosa en memoria de Ivo Dutra, el joven fotoperiodista que murió después de ser atropellado por el chofer Weimer Huamán Chávez.
“Para él la fotografía era un arte también, no era solo el registro del trabajo periodístico sino que iba mucho más allá. Adoraba su trabajo, cuidaba mucho todo lo que hacía, era muy cuidadoso, era lo único en lo que era ordenado porque su espíritu era muy abierto”, recordó el padre de Ivo, esbozando una leve sonrisa después de tanto dolor.
En la subasta se vendieron imágenes de varios de los mejores fotógrafos nacionales, entre los cuales se hizo un lugar privilegiado para mostrar el trabajo de Ivo Dutra. A través de ellas, su padre rememoró sus inicios: “Hizo muchas cosas, pero finalmente encontró su lugar primero en el periodismo y después específicamente en la fotografía”.
Sus ex compañeros, e incluso quienes no lo conocieron pudieron ver reflejada la personalidad del joven fotógrafo de 25 años, su compromiso con las causas sociales y su capacidad para lograr una emoción incluso en objetos inanimados como una muñeca.
“Se le avizoraba un futuro maravilloso en el mundo fotográfico”, valoró el director del Centro de la Imagen Roberto Huarcaya, quien se unió a la invocación de justicia, de leyes más duras y acciones que marquen un precedente para que su muerte no haya sido en vano.
Todo lo recaudado durante la subasta está destinado al pequeño hijo de Ivo y a su familia, a amortiguar los gastos que generó su muerte.
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