En Chile, país donde más se lee en Latinoamérica, tres de cada cinco estudiantes obtienen malos resultados en las pruebas de lectura.
Chile, Bolivia y Guatemala son los tres únicos países que aplican a los libros el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en América Latina, una región donde se lee cada vez más pero se ha perdido profundidad en la lectura, según los expertos.
"Desde el punto de vista cuantitativo han aumentado los lectores en la región, pero la lectura profunda se ha acabado", destacó el director del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), Fernando Zapata, en declaraciones a Efe.
Chile, con un IVA de 19% para los libros, uno de los más elevados del mundo, detrás de Dinamarca que grava estos productos en un 25%, es precisamente el país latinoamericano donde más se lee, con 5,4 libros por año, según los datos que el Cerlalc ha recopilado durante la última década.
A pesar de ello, durante la última edición de la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA), los chilenos han manifestado su descontento con que casi un quinto del valor de un libro corresponda a impuestos.
Por eso, gracias a una iniciativa ciudadana, en mayo de este año, atendiendo el llamado de las ONG, el gremio de los libreros, ilustradores, escritores y periodistas, inició la campaña "Libros sin IVA", que ya ha reunido 40.000 firmas, pero hasta el momento no han visto cambios.
Según el Sistema de Medición de Calidad de la Enseñanza en Chile, tres de cada cinco estudiantes obtienen malos resultados en las pruebas de lectura y cuatro de cada cinco chilenos considera que el precio de los libros es caro y por eso compran pocos.
En Argentina, país que tiene exento de cualquier impuesto al material editorial, el promedio de libros leídos al año es de 4,6, seguido por Brasil con 4, donde un artículo de la constitución de 1988 le confiere a los libros inmunidad tributaria.
A pesar de no cobrar impuesto, Colombia y México, tan solo leen, en promedio, 2,2 y 2,9 libros al año, respectivamente, lo que se podría explicar, según el director del Cerlalc, por la regular "formación hacia la lectura" que afecta más "al libro que a la música y otros tipos de arte".
EFE
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