Con un auditorio lleno, ubicado en el exclusivo balneario de Asia, el premio nobel de literatura estrenó su tercera incursión en las tablas, donde lo acompañó la actriz Vanessa Saba.
El universo infantil narrado en la recopilación de cuentos árabes “Las Mil y Una Noches”se trasladó a un mundo más hostil y lujurioso con la adaptación de Mario Vargas Llosa, “Las mil noches y una noche”, estrenada en nuestro país el último fin de semana en un exclusivo local del balneario de Asia.
En “Las mil noches y una noche” no existió Simbad el Marino o Aladino y la lámpara maravillosa, pero sí una “historia truculenta y feroz”, tal como lo señaló el laureado escritor al inicio de la puesta en escena.
Dirigida por Lucho Llosa, esta adaptación cuenta la historia de Sharigar, un rey de la antigua Persia quien lleno de venganza tratará de asesinar a su última esposa Sherezada, interpretada por la actriz Vanessa Saba. Por su parte, ella intentará seducirlo noche a noche con sus interminables historias para salvar su vida.
La aventura que pende al hilo de cimitarra fue ambientada con un decorado oriental, música y material audiovisual que el propio Vargas Llosa destacó, pues las versiones anteriores fueron más minimalistas.
Tanto Vargas Llosa como Saba se transformaron en diferentes personajes durante toda la obra, a modo de cuentistas e intérpretes a la vez, quienes acababan la dramatización justo antes del amanecer.
Como se sabe, con “Las mil noches y una noche” el premio nobel de literatura 2011 incursiona por tercera vez en las tablas luego que protagonizara años atrás las obras “La verdad de las mentiras” y “Odiseo y Penélope”, presentadas en diversos escenarios del mundo.
Decidido en buscar en la tradición oral su pasatiempo, Vargas Llosa ofrecerá dos funciones más en nuestro país, el 7 y el 8 de abril, en la Universidad de Lima. Dos oportunidades únicas que no se debe dejar pasar.
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