Pianista italiano Pietro Ceresini se presentará con la Sinfónica Nacional

El exitoso Ciclo Beethoven, a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), continuará el próximo domingo 13 de junio en el auditorio Los Incas del Museo de la Nación (Av. Javier Prado Este 2465, San Borja), a las 11:30 horas; en esta ocasión con la participación como solista del destacado pianista italiano Pietro Ceresini.

El primer elenco nacional interpretará, bajo la dirección del maestro Matteo Pagliari, Concierto para piano Nº 5 en Mi bemol mayor, Op. 73 (Emperador) y Sinfonía Nº 7 en La mayor, Op. 92. Pietro Ceresini inició sus estudios de piano a los seis años. Ingresó al conservatorio a los ocho y se diplomó en la especialidad de piano con la votación máxima.

En el 2004 ganó el primer premio en el XIX concurso "J. S. Bach", al año siguiente ganó el primer premio en el concurso "Ars Nova Internacional Città di Teramo". En 2006 fue finalista del XVI Internacional Piano Competition A.M.A. Calabria (Lamezia Terne-Catanzaro).

Ese mismo año tocó en la Casa de la Música de Parma por el 250 aniversario del nacimiento de Mozart. En el Auditórium Conciliazione de Roma interpretó, en 2007, el Concierto para piano y orquesta K. 466 de Mozart y en el otoño de ese año ganó el segundo premio (el primero fue declarado desierto) en el Concurso Internacional "Premio Mario Zanfi" tocando con la Orquesta Filarmónica Arturo Toscanini dirigida por Matteo Pagliari en el Teatro Farnese de Parma.

Actualmente se perfecciona en la Academia de Santa Cecilia con Sergio Perticaroli. El Concierto Nº 5, en Mi bemol mayor, llamado Concierto El Emperador, fue finalizado en 1809.

El nombre El Emperador, según parece, le fue dado por un editor a quien le pareció que era un título conveniente para un trabajo de tanta majestad. Se inicia en forma de improvisación. Después de un fuerte acorde tocado por los instrumentos, entra el piano en estilo rapsódico. Después de un desarrollo de proporciones épicas, que hace hincapié en el primer tema, la orquesta alcanza una culminación impresionante.

Una breve pausa y el piano se embarca en la tradicional cadenza, que presenta una diferencia. Según lo impuesto hasta entonces por la costumbre, la cadenza era una improvisación librada a la voluntad del ejecutante.

En este concierto, sin embargo, Beethoven rechaza la posibilidad de detener el desarrollo de su pensamiento musical, pues proporciona al ejecutante una cadenza que mantiene la naturaleza poética y dramática de la obra.

La Sétima Sinfonía fue estrenada el 08 de diciembre de 1813 en el salón de la Universidad de Viena, bajo la dirección del propio Beethoven, con una extraordinaria aceptación, debiéndose repetir el Allegretto entre grandes ovaciones.

Se indica que es la sinfonía del ritmo pues desde su primera parte el ritmo conduce la danza y anima el final. Wagner comentó esta obra con gran entusiasmo y la llamó la "Apoteosis de la danza".