Tras su última función con ´Iphigénie en Tauride´, el tenor se quedó en el escenario del teatro Real de Madrid y cantó unos compases de ´Cyrano´ como cábala para volver.
Si se cumple su superstición, Plácido Domingo volverá al Teatro Real la próxima temporada con "Cyrano", un papel que incluyó en su extensísimo repertorio en 2005 y que contribuye, según la biografía autorizada que ha presentado hoy, a forjar el mito de un hombre "entre el héroe y el coloso".
El autor de "Plácido Domingo, un coloso en el teatro del mundo" (Planeta), el periodista Rubén Amón, ha explicado a Efe que el artista tiene la creencia de que se "garantiza" que volverá a cada teatro si tras la última función canta, en el escenario y ya sin público, unas frases de la obra con la que se supone que regresará.
El hecho es que cuando anoche cayó el telón para la cuarta y última función de su reparto en "Iphigénie en Tauride", y después de que la Reina, la infanta Elena y la infanta Margarita saludaran a los artistas y abandonaran el teatro, Domingo se abrazó en el escenario a los regidores, imitó una gran nariz con su mano y atacó unos compases de la ópera que compuso Franco Alfano en 1936.
El tenor, barítono, director de orquesta, filántropo y gerente teatros, entre otras ocupaciones propias de los "titanes", ha dado a este "gran reportaje o ensayo" sobre su vida su "beneplácido", como bromeaba con Efe el autor, y ha hecho "observaciones, que no censuras," sobre comentarios que eran "corrosivos o demasiado irónicos"
"No todo el mundo iba a hablar bien de mí. En un libro no se puede pretender que todo sea bueno, lo interesante es que se aquilate lo que ha hecho un cantante a lo largo de toda su carrera", ha puntualizado Domingo en la presentación, presidida por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
Que haya partidarios de unos cantantes en detrimento de otros, como sucedía con Lázaro y Fleta, o al propio Amón, como ha confesado que le pasaba con Kraus y Domingo, le parece natural, aunque no tanto que haya "discrepancias" entre los propios artistas pero al final, dice, es el público "el que te pone la estrellita".
"Tuve una época dificilísima, en la que unos cantantes no podían hacer nada mal y otros lo hacíamos todo mal, pero eso son gajes del oficio. En este libro está todo positivamente autorizado", ha subrayado el tenor en el Teatro de la Zarzuela, en el que debutó en España el 15 de mayo de 1970, con "La Gioconda".
"Me han retirado muchas veces y es posible que en alguna ocasión alguien me haya visto peor y haya pensado "éste está acabado" pero hace muchos años que aprendí a entenderlo todo. Lo que siempre he pedido es respeto y que no haya maldad en los comentarios", ha reivindicado.
En su opinión, el texto de Amón, que en el libro se hace la "pregunta legítima" de si Domingo "es el mejor y el mayor tenor", para la que no tiene respuesta, es "sumamente entretenido" porque "dice cosas interesantísimas de gente que se fue demasiado pronto".
El alcalde ha detallado que, según el autor, las virtudes que hacen que Domingo sea "técnicamente un héroe, alguien mitad dios, mitad hombre" son una fuerza dramática "parecida a la de Marlon Brando", una técnica "formidable", capacidad de reinvención, y un público devoto.
"Nadie puede sustituirlo", ha agregado el alcalde sobre su "admirado" Domingo, que esta tarde vuela a Los Ángeles para cantar en el Metropolitan junto al mismo reparto de Madrid "Iphigènie en Tauride" tras 23 días en Madrid en los que ha celebrado su 70 cumpleaños con decenas de homenajes.
EFE
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