El Banco Central Europeo quiere permanecer fuera del debate político sobre Grecia sin embargo la institución es decisiva para que Grecia no se quede sin dinero.
Las autoridades del Banco Central Europeo partirán el miércoles rumbo a Chipre acechadas por la incómoda sensación de que podrían tener la llave de la permanencia de Grecia en el euro.
Reacio a apoyar un modelo de unión en el que los países más ricos subsidiarían a Grecia, el BCE destaca como una de las principales opciones para impedir un inminente restricción del crédito en Atenas.
Esta situación es extraña para el BCE, una entidad independiente que quiere permanecer fuera del debate político sobre el futuro de Grecia, pero cuya función de prestamista de último recurso podría dejarle como la única institución capaz de detener el colapso económico allí.
"El BCE tiene justificación para ser cauto debido a la alta exposición política", dijo Richard Portes, profesor de economía en la London Business School, destacando que el banco acaba de concluir un debate político sensible sobre un programa de compra de bonos soberanos.
Tras el debate, el BCE intentó retirarse de la primera línea de fuego político. Observando sus reglas de forma estricta, cortó la financiación a los bancos griegos después de que Atenas abandonó su programa de rescate, una condición para acceder a los fondos de la institución.
La decisión obligó a las entidades helenas a recurrir a la Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA) de su banco central nacional, un recurso temporal que aumentó la presión sobre los gobiernos para hallar una solución política antes de que el sector bancario entre en crisis.
El presidente del BCE, Mario Draghi, defendió la decisión la semana pasada en el Parlamento Europeo, en una sesión a ratos acalorada: "El BCE no tenía otra opción", dijo.
La nueva amenaza de restricción de financiación, esta vez para el Gobierno griego, significa que los 25 miembros del Consejo de Gobierno del BCE no tendrán más remedio que entrar a la arena política debido al peso de su opinión sobre operaciones de financiación claves.
El Consejo se reúne en Chipre el miércoles y jueves.
Sin acceso a los mercados de deuda y enfrentado a una fuerte caída de los ingresos por impuestos, se espera que Atenas se quede sin dinero a mediados o fines de marzo.
Si no recibe los fondos de rescate tras completar -o, al menos, comenzar- las reformas a las que se ha opuesto públicamente, el Gobierno heleno se enfrenta a la perspectiva de un impago en pocas semanas.
Aunque pretenden evitar tener que jugar un papel decisivo en el destino de Grecia, los funcionarios del BCE temen que el país acabe saliendo de la zona euro al caer en un default sin un plan de contingencia.
REUTERS
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