La especialista en género, Natalia Manso, explica que el acceso a la educación es un factor fundamental para acortar esta brecha. De cada 100 mujeres trabajadoras, 24 solo tienen educación primaria.
En 2024, mientras un hombre peruano gana S/ 100, una mujer percibe solo S/ 74, según el Instituto Nacional de Estadística (INEI). Que las mujeres ganen menos dinero por el trabajo que realizan en nuestro país no es una novedad.
La brecha salarial por motivos de género viene acortándose, pero 'a pasos de tortuga', como sostiene Natalia Manso, profesora de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico.
"Si tomamos las cifras de el año anterior, apenas hemos avanzado un 0.4 %. Donde están las mayores brechas es en los grupos etarios de mayor edad; sin embargo, los jóvenes si muestran unos indicadores más favorables y de mayor igualdad de ingresos, lo que nos da una esperanza de futuro", aseguró.
Cabe recalcar también que las diferencias territoriales en el ámbito rural, la tasa de actividad de las mujeres es muy alta, principalmente vinculadas a la agricultura de subsistencia, donde "no tienen derechos, donde no tienen beneficios laborales ni una futura pensión".
¿Cuáles son las consecuencias de la brecha salarial en la economía nacional?
La especialista detalla que, en primer lugar, se sufre la pérdida de capital humano, seguido por la menor capacidad de consumo de los hogares en especial aquellos cuyas jefas de hogar son mujeres y también incluso en la recaudación tributaria del Estado.
"La Defensoría del Pueblo publicó un informe en 2019 que calculaba que el Estado deja de recaudar un promedio de S/ 1000 en impuestos de quinta categoría y S/ 350 en impuestos de cuarta categoría por cada mujer en edad de trabajar que no participa del mercado laboral formal o que se sale de este", explicó.
Asimismo, los roles tradicionales de género son sin duda una buena parte de la explicación de las brechas salariales, y esto no solo se refiere las tareas del hogar no remunerado, sino también al trabajo de aquellas mujeres que son trabajadores en empresas familiares no remunerados. Son parte de la población considerada económicamente ocupada, pero que no reciben ingresos por su trabajo.
"Casi 15 de cada 100 trabajadoras se encuentra en esta situación de participación en una actividad laboral que no es económicamente reconocida, mientras que en el caso de los hombres sólo 6 de cada 100 están en esta situación", indicó.
¿Qué políticas pueden ayudar a acortar la brecha salarial?
Manso considera que fundamental mejorar la red de cuidados y atención a los menores, personas con discapacidad y a los adultos mayores, de modo que las mujeres puedan salir a trabajar dejando a sus seres queridos en centros especiales para ello, a un precio asequible y la máxima calidad y seguridad.
"Para ello, el Congreso tenía que haber hecho su labor; sin embargo, lejos de apoyar las iniciativas que hubo para crear una ley de cuidados, puso todo tipo de impedimentos y peros, y nunca prosperó dicha ley", recalcó.
Desde el Estado, es primordial fomentar que más niñas y jóvenes estudian carreras técnicas que las puedan insertar en los mercados de esos sectores
"Es importante seguir luchando contra la precariedad laboral que afecta fundamentalmente a las mujeres en forma de trabajo informal, a tiempo parcial y trabajo familiar no remunerado. Ahí el Ministerio de Trabajo también juega un rol fundamental", indicó.
De otro lado, propone incidir en la presencia de la mujer en sectores mejor remunerados, pues 2 de cada 3 mujeres están abocadas al sector servicios o comercio que son los peor pagados, a diferenciasectores como minería y construcción donde mantienen una baja participación.
Video recomendado
Comparte esta noticia