Las disputas arancelarias y por acuerdos comerciales, junto con un incremento de la deuda y la imposibilidad de sacar adelante reformas macroeconómicas importantes han dañado las perspectivas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aplicó el martes un fuerte recorte a las estimaciones de crecimiento económico de América Latina, ante una desaceleración más acentuada prevista en Brasil y México, exacerbada por disputas comerciales globales y un deterioro en la confianza de inversores y analistas.
En su informe Perspectivas de la Economía Mundial, el FMI dijo que ahora prevé que la región en su conjunto se expanda a un ritmo de 0,6% este año, un recorte de 0,8 puntos porcentuales en relación a su último cálculo de abril. Para el 2020, la previsión también fue ajustada ligeramente a la baja, a un 2,3%.
“En América Latina, la actividad se desaceleró notablemente al comienzo del año en varias economías, debido principalmente a factores idiosincrásicos”, indicó el organismo, que hizo un llamado a los gobiernos a regular el gasto fiscal y el endeudamiento.
Las disputas arancelarias y por acuerdos comerciales, junto con un incremento de la deuda y la imposibilidad de sacar adelante reformas macroeconómicas importantes han dañado las perspectivas de Brasil y México, las principales economías latinoamericanas, dijo el FMI.
Países
En Brasil, donde la moral se está evaporando tras rebajas en la calificación de crédito y dudas sobre la viabilidad de la reforma previsional, la economía se expandiría un 0,8% este año, una disminución de 1,3 puntos porcentuales frente a la última estimación de abril. Para 2020, la actividad mejoraría a 2,4%.
En tanto, el Fondo también apuntó a un enfriamiento del PIB en México, que actualmente espera concretar un nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá. La segunda mayor economía regional crecería 0,9% este año y repuntaría a 1,9% el próximo, con una reducción de 0,7 puntos porcentuales en la estimación de 2019.
Latinoamérica ha experimentado una ralentización económica en los últimos años y en 2018 creció apenas un 1%, según el FMI, lastrada por factores geopolíticos, un descenso de la inversión, datos más moderados en China, y últimamente, por un intrincado panorama comercial.
En su reporte del martes, el Fondo redujo en 0,1 puntos porcentuales sus proyecciones de crecimiento mundial para este año y el próximo, a 3,2% y 3,5%, respectivamente, con riesgos en los pronósticos inclinados mayormente a la baja.
Entre las amenazas, se incluyen “la escalada en las tensiones comerciales y tecnológicas” que podrían generar un periodo prolongado de aversión al riesgo, lo dejaría aún más expuestas las vulnerabilidades de las economías emergentes.
El FMI destacó además que la economía argentina se contrajo en el primer trimestre, pero a un ritmo más lento que en 2018, por lo que disminuyó ligeramente su previsión para este año en el país sudamericano.
Asimismo, el reporte llamó la atención sobre la crisis humanitaria y el “efecto devastador” de la crisis de Venezuela, donde la economía se contraería alrededor de 35% este año.
REUTERS
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