Piden al gobierno que regule esa actividad para que los empleados del sexo gocen "de los mismos derechos que el resto de trabajadores".
La actriz Catherine Deneuve y otros sesenta artistas franceses han publicado hoy una petición para que el Gobierno francés no prohíba la prostitución ni penalice a sus clientes, sino que regule esa actividad para que los empleados del sexo gocen "de los mismos derechos que el resto de trabajadores".
"Sin avalar ni promover la prostitución, rechazamos la penalización de la gente que se prostituye y de quienes recurren a sus servicios y pedimos la apertura de un verdadero debate sin a priori ideológico", señalan en ese manifiesto famosos como Alain Souchon, Thomas Dutronc, Florence Arthaud o Mireille Darc.
La misiva parte de la iniciativa del cantante conocido como Antoine, de 69 años, quien en las páginas del semanario conservador "L"Express" arremete contra "las asociaciones que se oponen de manera dogmática a la prostitución".
"No se va a crear un título de formación profesional en felación o a proponer esa profesión a las agencias estatales de empleo. Basta con crear leyes inteligentes", agrega Antoine.
El compositor considera que las prostitutas responden "a una necesidad de gente que busca un instante de felicidad y, sobre todo, de consideración".
"Siento simpatía por quienes ejercen esa profesión. Estimo a quienes se prostituyen como a hermanos o a hermanas. Siento compasión por esas personas, como por todas aquellas que sufren", añade el músico, quien entiende que, si dedicarse a ese oficio es voluntario y está regulado por la ley, como en Suiza, Alemania, Australia, Holanda, Bélgica o Nueva Zelanda, es tan legítimo como "trabajar en el fondo de una mina".
La citada petición llega pocos días antes de que el próximo 27 de noviembre los diputados de la Asamblea Nacional francesa analicen un proyecto de ley que fija sanciones de hasta 3.000 euros para los clientes de la prostitución.
La carta se publica también dos semanas después de que otro manifiesto, impulsado por el escritor y periodista Frédéric Beigbeder y titulado "343 cabrones. No toques a mi puta", sembrara polémica por pedir que se respetase el derecho de ejercer y recurrir a la prostitución.
"Consideramos que cada uno tiene el derecho de vender libremente sus encantos e incluso de que le guste. Y rechazamos que los diputados dicten normas sobre nuestros deseos y nuestros placeres", reza ese manifiesto.
Un sondeo de TNS Sofres para el Ministerio de los Derechos de las Mujeres publicado a principios de noviembre mostraba que la mayor parte de la opinión pública no reclama multas para los clientes de prostitutas, pero sí que se les obligue a tomar conciencia de los problemas que conlleva esa actividad.
Así, el 73 % de los encuestados -78 % entre las mujeres y 82 % entre los menores de 35 años- opina que se debe responsabilizar a los clientes, pero no con una multa sino mediante trabajos sociales que ayuden a comprender los métodos de los proxenetas (38%) o campañas de prensa (31%).
EFE
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