Parece que no todos se relajan con su potente voz.
En el pasado ya han existido reportes que señalan que diversas fuerzas de inteligencia gubernamental suelen utilizar la música como una herramienta de tortura. Y este tema resurgió nuevamente esta semana gracias a un artículo publicado en el New Yorker bajo el título, The Sound of Hate, que en perfecto castellano puede ser traducido como, El sonido del odio.
De acuerdo a las revelaciones de este escrito, este tipo de tortura musical fue utilizado contra diversos prisioneros de la Cárcel de Guantánamo, que se vieron involucrados en los atentados del 11 de setiembre de 2001.
Según el autor de este artículo, Alex Ross, Mohammed al-Qahtani, quien intentó entrar a Estados Unidos para participar activamente en los ataques terroristas, fue mantenido despierto durante largas horas como un método de tortura, y esto lo hacían colocando música de Christina Aguilera a todo volumen. La música de la sexy cantante solo sería apagada cuando Mohammed “dijera la verdad”.
“Aguilera parecía haber sido escogida porque se pensaba que la cantante femenina podía ofender a los detenidos islámicos”, escribe Ross en el New Yorker. “Las listas de canciones de los interrogatorios también se inclinaban hacia el heavy-metal y los número de rap, que entregaban mensajes de intimidación y destrucción”.
Tal y como señala Ross en su artículo, el sonido puedo ser una clara herramienta de tortura ya que es muy difícil escapar de ella. Es decir, no puedes cerrar tus oídos para no escuchar algo, tal y como cerrarías tus ojos para no ver algo. Además, también asegura que la escogencia de los géneros musicales para estas prácticas crueles es igualmente importante, ya que no todos reaccionan de la misma forma al mismo tipo de música.
“Los humanos reaccionan con una repulsión particular a los signos musicales que no son de su gusto”, escribe Ross. “Muchas teorías neuro-científicas sobre cómo la música actúa en el cerebro ignoran cómo el gusto personal afecta nuestro procesamiento de la información musical. Un género que enfurece a una persona puede tener un efecto placebo en otra”.
Previamente se reportó que la música de Red Hot Chili Peppers también ha formado parte de estos métodos de tortura de Guantánamo.
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