Los duques de Cambridge no se pudieron dar el famoso beso de medianoche, a la llegada del Nuevo Año.
Todo sea por el heroísmo. Guillermo y Catalina, los duques de Cambridge, iniciaron 2013 a kilómetros de distancia uno del otro, debido a un operativo de rescate que obligó al príncipe a dejar a la futura madre de su bebé.
El nieto de la reina Isabel II dejó la comodidad de la casa de sus suegros para ir en auxilio de un hombre de 41 años en altamar, en Blackpool (Lancashire), de acuerdo a la BBC.
El Duque de Cambridge fue piloto de helicóptero en una misión, junto con un grupo de rescatistas que intentaban encontrar y salvarle la vida de un sujeto que fue devorado por el mar durante las primeras horas del nuevo año.
A pesar de todos sus esfuerzos, el tercero al trono de Inglaterra y la tripulación del Sea King no pudieron hallar el cuerpo.
Mientras Guillermo hacía la labor de héroe, Kate permaneció en Bucklebury (Berkshire) junto con sus padres, en el mismo lugar donde ella y su marido de sangre azul pasaron la Navidad.
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