“No conseguía muchos trabajos porque era muy pesada”, reveló la actriz que le dio vida a Rachel en la icónica serie.
Antes de que Jennifer Aniston fuera una artista mundialmente famosa (y claro, antes del éxito de “Friends”), la actriz era solo una joven que buscaba hacerse un lugar en la difícil industria de la televisión norteamericana, una que hasta la actualidad tiene estándares de belleza que resultan, en muchas oportunidades, inalcanzables para las mujeres.
Hasta que empezó a actuar en la legendaria serie, su currículo como actriz incluía una pequeña participación en Ferris Bueller TV y en el sitcom Molloy, que resultó un fracaso. En busca de papeles que le permitieran hacer despegar su carrera, Aniston se enfrentó a las críticas de los miembros de la industria televisiva debido a su peso.
“Tiene que perder 30 libras si quiere permanecer en Hollywood”, escribió el escritor Saul Austerlitz en el libro “Generation Friends: An Inside Look at the Show That Defined A Television Era”, en relación a un comentario que la actriz recibió en su juventud.
“Los Ángeles era un lugar difícil para ser actriz —era un lugar complicado también para ser mujer— y el agente de Jennifer Aniston se ponía de mala gana con ella”, revela Austerlitz en su publicación.
A pesar de que Aniston no tenía en lo absoluto sobrepeso (y todos veían que era talentosa y agraciada), los productores aseguraban que su contextura era un problema, debido a que las cámaras añaden de 4 a 5 kilos a los actores.
“ERA DEMASIADO PESADA”
Esta y otras “anécdotas” también han sido recordadas por Aniston en el pasado. En el año 1996, cuando se convirtió en la portada de la emblemática revista Rolling Stone, reveló que solía tener un placer culposo por los dulces. “Comía demasiados sándwiches con mayonesa, en pan blanco (lo más delicioso del mundo)”, contó entre risas.
De acuerdo con Anniston, su agente fue directo con ella: no estaba consiguiendo muchos trabajos en Hollywood porque era “demasiado pesada”. Su reacción fue todo menos deshonesta. “Exclamé: ‘¿Qué?’ y recordé que mi dieta era terrible. Milshakes y papas fritas”, contó riendo, pero se enfocó en bajar algunos kilos y en llevar un estilo de vida más saludable.
Unos meses después, Aniston fue elegida para interpretar el papel que la lanzaría a la fama: Rachel Green, una dulce pero algo desordenada mujer que trabajaba en un café y tenía un gran grupo de amigos (y no olvidemos las citas).
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