La diva extraña poder volver a su barrio natal, pasear por sus calles y pasar desapercibida como cuando tenía 16 años.
No deja de resultar irónico que la mayor diva que ha dado el multicultural barrio neoyorquino del Bronx, Jennifer López, ya no pueda pasearse por las calles que la vieron crecer sin provocar un inmenso revuelo, algo que en ocasiones le lleva a añorar el anonimato del que gozaba antes de saltar a la fama.
“A mí me encantaba el Bronx y creo que por eso siempre hablo del barrio y de ese tiempo, cuando tenía 16 años y me dedicaba a cosas sencillas, como estar con mis amigas, andando por la calle con mucha libertad. Porque mi vida ha cambiado de esa manera. Siempre había tenido el sueño, no de ser famosa o tener dinero, sino de bailar, cantar y ser actriz”, explicó Jennifer en el programa Despierta América de la cadena Univisión.
Aunque ni ella misma podría haber previsto el éxito que acabaría alcanzando, Jennifer está convencida de que su personalidad y su sistema de valores no han cambiado por mucho que hoy en día sea toda una estrella internacional y una de las mujeres más deseadas del mundo.
“Soy una mujer real con dos hijos. Trabajo muy duro y trato de hacerlo lo mejor que puedo cada día. Como a cualquier mujer me gusta arreglarme el pelo, tener mis zapatos, joyas y ropa linda. Pero lo que soy por dentro, eso nunca va a cambiar. Eso es parte de mi padre, de mi familia y de cómo me criaron”, apuntó.
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