La periodista venezolana hizo pública su relación con el cantante mexicano en julio del 2017, al publicar unas fotografías similares a las recientemente publicadas.
Luis Miguel no solo disfruta de un gran momento en su carrera profesional, a partir de su serie biográfica y su nueva gira mundial, sino que también está gozando de su felicidad al lado de su pareja Desirée Ortiz Salswach.
Se trata de la periodista venezolana 32 años con la que inició una relación amorosa en julio del 2017. Ella compartió unas fotografías de un paseo en yate que realizaron durante las vacaciones del Sol de México.
Ellos lucen muy cariñosos en las fotografías que la comunicadora posteó en Instagram, junto a una extensa reflexión sobre los aspectos esenciales en la vida. "La sociedad está tan contaminada, que a veces nos sentimos confundidos, en cuanto a las verdaderas y esenciales cosas de la vida”, dijo ella.
Cuando empecé a tener mis propios ingresos, lo primero que hacía era gastar en bienes materiales para encajar en una sociedad que te obliga a demostrar cierto estatus para tener cierta aceptación", señaló la venezolana
"Sin embargo, la satisfacción que brindan las cosas materiales caduca. Quienes me conocen bien (pocos) saben que tengo mucho que agradecerle a Dios (crecí en una familia en dónde no me faltó nada, pero sobre todo sobró valores y educación) más que eso, debo agradecer las vivencias y la gente mágica que ha llegado a mi vida desde muy temprana edad", agregó.
“Las experiencias se acumulan para formar parte de la identidad de la persona que las vive, pues moldean la manera en que percibe el mundo. Alguien con más experiencias que posesiones materiales ha vivido y ha creado memorias que permanecerán en su mente por siempre y definirán su forma de pensar y actuar", reflexionó en la red social.
A finales del 2017, los medios especializados hablaron de una supuesta ruptura, que queda desmentida con la reciente publicación de Ortiz Salswach. En una entrevista a la revista Hola, ella señaló que “Luis Miguel me ganó con una conversación profunda. Para mí no hay nada más afrodisíaco que la inteligencia”, aclaró.