La intérprete de ´Like a virgin´ dejó a un lado los vestidos largos, para apostar por un look más urbano, fresco y desenfadado.
Homenajeado, reinterpretado o, a veces, profanado, el punk tomó el protagonismo de la alfombra roja del año, la que conduce a la gala benéfica del Instituto del Traje en el museo Metropolitan de Nueva York y por donde desfilaron Vivienne Westwood, Anne Hathaway, Sarah Jessica Parker, Almodóvar o Madonna.
Tachuelas, pitillos, crestas, cuadros escoceses... las claves del punk estaban allí, pero igual que reza la propia exposición que albergará el Met desde mañana hasta el 14 de agosto, el camino del movimiento "del caos a la "couture"" es tan inescrutable como los vestidos que han paseado por la alfombra roja más cotizada del año.
La madrina del evento, Beyoncé, cerraba la pasarela con un palabra de honor negro y fuego de Riccardo Tisci, más en consonancia con su habitual look de pantera del Rythim and Blues que con el movimiento underground de los setenta y ochenta.
Y Madonna, la reina del pop que nada tenía que ver con esa "God Shave the Queen" a la que cantaban los Sex Pistols, recurría a Riccardo Tisci, de Givenchy, para acumular cuadros escoceses, cinturones, clavos y tacones rosa fucsia que promocionó ya desde el Instagram con una foto pasando la aspiradora en la bañera.
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