La diva latina señaló que no va a dar el sí hasta que diga "esto vale la pena", aunque confesó que podría ser una de las ´Mujeres Asesinas´ del director Pedro Torres.
La diva latina Thalía sigue a la espera de un papel en cine o en televisión que la seduzca por completo, y hasta que no llegue esa oportunidad seguirá centrada en la música y hará oídos sordos a los cantos de sirena de los productores.
"Como actriz, me estoy reservando para ese papel que me haga dejarlo todo a un lado", se sinceró hoy en un encuentro con periodistas durante la promoción de su álbum "Primera fila" en su natal México.
La cantante, que alcanzó gran fama en las telenovelas, afirmó cariñosamente que siempre tiene cerca "una mafia de productores" que le ofrecen telenovelas, programas de televisión y películas. Pero ella no va a dar el sí hasta que diga "esto vale la pena".
Thalía deslizó que quien la "coquetea" últimamente es el productor mexicano Pedro Torres, que quiere convertirla en una de sus "Mujeres asesinas", una serie que ha conseguido el éxito con actrices y figuras de renombre.
Edith González, Verónica Castro e Itatí Cantoral son algunas de las protagonistas que se han transformado en homicidas por algún sentimiento profundo.
La estrella recibió hoy diversos reconocimientos de su discográfica por los 300.000 discos vendidos de su más reciente trabajo en Latinoamérica, la mitad de ellos en México.
"Vengo mucho a mí país, pero de incógnito, a disfrutarlo, a las playas", apuntó Thalía, establecida en Miami junto a su esposo el empresario musical Tommy Motola y su hija Sabrina Säkae, nacida en octubre de 2007.
Para la artista, México es "bello, hermoso, con ganas de merecer algo más grande" y deseó que la gente pueda "caminar agustito por su patria", en referencia a la inseguridad que se vive.
Vestida con unos jeans y una camiseta blanca, con dos velas claras a sus pies, flores también albas y un fondo de guitarras, Thalía se mostró sonriente y relajada.
No se dejó llamar señora, apelativo al que respondía con humor "se oye cañón, acuérdate que soy la del barrio, la de la Santa María", en referencia a la zona de la capital donde vivió.
Tras la enfermedad que la puso al borde de la muerte, como ella misma dijo, y el nacimiento de su bebé, Thalía se siente ahora muy centrada y, sobre todo, muy Thalía.
"Te vas poniendo trajes y disfraces encima hasta que dices, ¿dónde estoy yo?", se confesó. "Todas las Thalías me han dejado galardones, cicatrices de guerra y tatuajes en el alma", dijo sobre las "máscaras" que se ha puesto a lo largo de su carrera.
Por eso, con "Primera fila", compuesto de nuevas canciones y grabado en vivo, buscó "pulverizar estereotipos". "Estoy realizada, y me acepto tal y cual soy", indicó.
Ávida usuaria de Twitter, donde todos los días ofrece mensajes con un cariz muy positivo, contó que sigue mucho a Joel Osteen, un predicador cristiano "súper positivo", y al gurú de la autoayuda Deepak Chopra, así como a la presentadora de informativos mexicana Adela Micha.
Con más de 25 millones de discos vendidos en toda su carrera, que comprende dieciséis álbumes, la estrella cree que su aportación "ha sido siempre positiva, de que todo es posible en la vida".
EFE
"Como actriz, me estoy reservando para ese papel que me haga dejarlo todo a un lado", se sinceró hoy en un encuentro con periodistas durante la promoción de su álbum "Primera fila" en su natal México.
La cantante, que alcanzó gran fama en las telenovelas, afirmó cariñosamente que siempre tiene cerca "una mafia de productores" que le ofrecen telenovelas, programas de televisión y películas. Pero ella no va a dar el sí hasta que diga "esto vale la pena".
Thalía deslizó que quien la "coquetea" últimamente es el productor mexicano Pedro Torres, que quiere convertirla en una de sus "Mujeres asesinas", una serie que ha conseguido el éxito con actrices y figuras de renombre.
Edith González, Verónica Castro e Itatí Cantoral son algunas de las protagonistas que se han transformado en homicidas por algún sentimiento profundo.
La estrella recibió hoy diversos reconocimientos de su discográfica por los 300.000 discos vendidos de su más reciente trabajo en Latinoamérica, la mitad de ellos en México.
"Vengo mucho a mí país, pero de incógnito, a disfrutarlo, a las playas", apuntó Thalía, establecida en Miami junto a su esposo el empresario musical Tommy Motola y su hija Sabrina Säkae, nacida en octubre de 2007.
Para la artista, México es "bello, hermoso, con ganas de merecer algo más grande" y deseó que la gente pueda "caminar agustito por su patria", en referencia a la inseguridad que se vive.
Vestida con unos jeans y una camiseta blanca, con dos velas claras a sus pies, flores también albas y un fondo de guitarras, Thalía se mostró sonriente y relajada.
No se dejó llamar señora, apelativo al que respondía con humor "se oye cañón, acuérdate que soy la del barrio, la de la Santa María", en referencia a la zona de la capital donde vivió.
Tras la enfermedad que la puso al borde de la muerte, como ella misma dijo, y el nacimiento de su bebé, Thalía se siente ahora muy centrada y, sobre todo, muy Thalía.
"Te vas poniendo trajes y disfraces encima hasta que dices, ¿dónde estoy yo?", se confesó. "Todas las Thalías me han dejado galardones, cicatrices de guerra y tatuajes en el alma", dijo sobre las "máscaras" que se ha puesto a lo largo de su carrera.
Por eso, con "Primera fila", compuesto de nuevas canciones y grabado en vivo, buscó "pulverizar estereotipos". "Estoy realizada, y me acepto tal y cual soy", indicó.
Ávida usuaria de Twitter, donde todos los días ofrece mensajes con un cariz muy positivo, contó que sigue mucho a Joel Osteen, un predicador cristiano "súper positivo", y al gurú de la autoayuda Deepak Chopra, así como a la presentadora de informativos mexicana Adela Micha.
Con más de 25 millones de discos vendidos en toda su carrera, que comprende dieciséis álbumes, la estrella cree que su aportación "ha sido siempre positiva, de que todo es posible en la vida".
EFE
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