Luego de ver la foto que Leonardo le envió a Francesca, el mayordomo ahora está seguro de que Grace está viva.
Francesca le enseña a su mayordomo Peter la foto que le envió Leonardo a su celular. En ella se ve a Grace sentada en una silla de ruedas y detrás de ella está Claudia, la Mirada de tiburón. “Entonces no vi un fantasma sino que vi a la propia Grace en el cementerio”, dice asombrado. “¡Y a mí me llamó por teléfono!”, añade Francesca. Luego ambos acuerdan que manejarán el tema con mucha discreción.
Peter se dirige a la casa de los González y llama a la puerta. Lo atiende Charo quien lo invita a pasar. “Usted sabe que yo los quiero como si fueran mi familia”, dice el mayordomo mientras Charo lo mira enternecida. “Pero hay algo que debo decirle: la persona que profanó la tumba de Grace… fui yo”, le confiesa Peter a Charo que lo mira entre asombrada y asustada.
“¡¿Peter me estás diciendo que el miserable que profanó la tumba de mi hija fuiste tú?!”, le pregunta Charo. “Tenía que asegurarme de que en esa tumba no está Grace”, responde Peter. “Si esto es una broma, es de muy mal gusto”, le dice Charo. “No es una broma, es que hay indicios de que… ¡Grace está viva!”, exclama el mayordomo. Charo se queda petrificada. “Sé que puede sonar absurdo pero teníamos que estar seguros”, dice Peter. “¡Doña Francesca te ordena que profanes su tumbas y tú lo haces!”, grita Charo. “Es que yo vi a Grace y tenía que estar seguro… ¡Esto me estaba volviendo loco!”, se justifica Peter. “¡Vete de mi casa! ¡Debe ser la edad la que te hace hablar de algo que nunca podré superar! ¡Vete de aquí!”, le ordena a Peter quien se pregunta qué hará ahora con su conciencia.
Pero Charo no se queda tranquila y va a la casa de los Maldini y va directamente al dormitorio principal. “¡Señora Francesca ¿puede dejar descansar en paz a mi hija?”, le dice llena de ira.
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