Incansable y única, Camucha se reinventa en su retorno a la televisión y comparte su secreto para mantener lo que más quiere en la vida, su familia.
Tras una breve pausa, Camucha Negrete regresó a la pantalla chica como conductora de la miniserie “Confesiones”, de Frecuencia Latina, donde presenta casos inspirados en la vida real, de lunes a viernes desde la 1 de la tarde.
Con una sonrisa tan amplia como sincera, la recordada conductora del fenecido programa “Utilísima” nos recibe en la sala de su casa. Su rinconcito secreto está en una zona apacible de Surco, llena de fotografías de sus hijos y nietos, esos recuerdos que nunca faltan en los estantes y muchas de sus óleos colgados orgullosamente en las paredes.
Tiene una exitosa trayectoria en el teatro, el cine y la televisión; pero prefiere hablar primero de la familia, de sus tres hijos (Mocita, Julio y Claudia) y de esposo, Enrique Collantes, con quien lleva un sólido matrimonio de 38 años.
“Ahora las chicas se casan más mayores pero para ver qué pasa. Luego se separan muy pronto. Deberían lucharla porque el matrimonio cuesta, como todo en la vida”, nos cuenta.
Consejos como este intenta llevar a “Confesiones”, una suerte de “Mujer, casos de la vida real” peruanizado, que nada tiene que envidiar a la producción mexicana de Televisa con Silvia Pinal al frente.
“El guión es estupendo. Los actores son jóvenes pero profesionales, de escuela. Está gustando bastante”, comenta a RPP Noticias.
-¿Qué te ha comentado la gente en la calle?
La gente se ve muy identificada en ciertos temas. El otro día, se tocó el tema de la menopausia, yo estaba en un centro comercial y se me acercaron señoras a hablarme de eso.
-¿Cómo ves el tema de la competencia?
Yo no pregunto mucho sobre eso. Ya no se habla del rating. Pero sí estamos bien. Nosotros, en un primer momento, íbamos a hacer solo 60 capítulos. Ahora nos han pedido 60 más. Ese es un buen indicio.
-¿Qué historia te ha impactado de la miniserie?
Todos los temas son muy importantes e interesantes. Pero sí le tuve un poco de miedo al episodio que toca la historia de una pareja de homosexuales. Tuve miedo por cómo lo iban a retratar, porque no quería que se hieran susceptibilidades.
-¿No temes a las críticas del lado conservador de la sociedad?
Eso fue precisamente lo que me causó miedo al leer el guión de ese episodio. Pero es una realidad que hay que tocarla, conocerla y aceptarla.
-La miniserie pone al descubierto temas que antes no se hablaban…
Eso es muy bueno. Cuando era niña no se hablaba nunca de sexo en el colegio, la casa o la familia. No te enterabas hasta hacerlo. Eso también es malo porque lo haces con ignorancia. Entonces vienen los problemas. Ahora sí se están tocando esos temas y se deben tocar. Por ejemplo, a los niños hay que hablarles de frente de su cuerpo y llamar a las cosas por su nombre.
-Has hecho de todo y aún así te las ingeniaste para mantener unida a tu familia, ¿cuál es el secreto?
Las mujeres somos muy hábiles para dividirnos en muchas partes, los hombres no. Nos dedicamos al hogar, al trabajo, a los hijos. Podemos trabajar todo a la vez. Ese es el secreto de las mujeres: nosotras sí podemos repartirnos en mil partes.
-¿Qué tiene que confesar Camucha Negrete?
Mi vida la conocen todos. Tengo muchísimos años en esto. Confesar yo, no creo. Ya está todo dado. Mi vida personal, es personal. Tengo una vida tranquila, si fuese alborotada se sabría, pero no lo soy (ríe).
Por Renzo Napa (@renzonapa)
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