Gran noche para Radamel Falcao, pero aún más grande para el equipo rival, que jugará la vuelta de los octavos de final con una gran ventaja.
Mónaco demostró ser un equipo enorme. Mala suerte la suya, porque Manchester City demostró ser aún más grande. Por eso las chispas que sacó el choque y la emoción en la idea de los octavos de la Champions League. El equipo del Principado iba ganando de visita 3-2 hasta el minuto 61. Jugaba mejor y Radamel Falcao parecía tocado por los dioses luego de sus goles, primero de palomita y luego sombrero. Era la estrella del partido, pero las estrellas terminaron siendo los jugadores del equipo rival.
Pep Guardiola siempre ha dicho que ni en la victoria ni en la derrota traicionará su estilo de juego. Su equipo no perdió el control cuando iba abajo en el marcador y siguió en la suya, presionando en cancha rival, buscando la pelota y yendo al ataque. Primero sacó petróleo de dos balones paradas para darle vuelta al marcador. Y para el quinto rompió la defensa a puro toque.
La revancha. Cualquier equipo puede perder, no importa su estilo. Pero jugando como el Manchester City hay más chances de ganar, aún cuando todo parece estar en contra. Este ha sido el mejor partido de la Champions hasta el momento, gracias a dos equipos valientes y ofensivos. Además, Radamel Falcao anotó el mejor gol del torneo y uno de los mejores del año. Y apenas son los octavos de final.
El encuentro de vuelta se jugará el 15 de marzo. Todo arrancará a las 2:45 p.m. en el estadio del Mónaco, que necesita ganar 2-0 para clasificar a cuartos de final. Si el Manchester City anota un gol, obligará a su rival a marcar tres para pasar.
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