Con estos números y antecedentes se encontrará Mario Salas cuando asuma la dirección técnica de los íntimos.
Más goles en contra que a favor y menos a favor que partidos jugados. En seis fechas, el saldo de Alianza Lima no está en azul, pero aún queda un largo transitar, y nombres tiene para hacer, de un plantel extenso, un buen equipo.
ARCO
A pesar de la anunciada rotación, los tres arqueros de Alianza Lima han respondido. El que más ha tapado fue Leao Butrón, en cuatro oportunidades. Espinoza, en la altura de Ayacucho, y Rivadeneyra, en Lima frente a Municipal, completan el número de fechas. Los ocho goles encajados no coinciden con los mostrado en el arco íntimo.
DEFENSA
Muchos cambios, pocas respuestas. Los ocho goles en seis jornadas dejan en evidencia un rendimiento individual y colectivo que no está acorde a las expectativas.
Alianza Lima, con Pablo Bengoechea, jugó, en la Liga 1, en cinco oportunidades con línea de tres y sólo frente a Atlético Grau con cuatro en el fondo. Justo ese partido, en Matute, fue uno de los dos del 2020 en los que mantuvo su valla invicta.
Mora, Fuentes, Rodríguez, Quijada y Gómez fue la única defensa que se repitió (ante Grau y Universitario).
VOLANTE
Escasa recuperación e insuficiente generación. La capacidad de desdoblar de Ballón y Ascues, quienes son los que más jugaron, ha generado desorden en el mediocampo de Alianza Lima. Por momentos, han roto líneas y dejado desprotegida a la defensa cuando debieron replegarse.
Tampoco fueron solución con el balón en los pies. Imprecisión, poca circulación y, si hablamos en materia ofensiva, el aporte es solo de un gol.
Luis Aguiar es un tema aparte. A nivel local, cada vez que ingresó, le dio claridad al equipo; sin embargo, no ha logrado sostenerlo a nivel internacional.
DELANTERA
Tampoco la producción en área rival está en azul. El promedio es de menos de un gol por partido, y el aporte de los centrodelanteros es casi nulo. La responsabilidad no solo recae en los finalizadores, sino también en los generadores. Alianza Lima careció de profundidad, a pesar de la versatilidad que Bengoechea intentó darle a su juego.
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