Pablo Bengoechea debe arribar a Lima el fin de semana para asumir, nuevamente, la dirección técnica del cuadro blanquiazul.
Las informaciones que situaban a Pablo Bengoechea, nuevamente, en la órbita de Alianza Lima trajeron diversas opiniones. Si se tratara estrictamente de resultados, no tendría que haber discusión, pero al hincha blanquiazul también le importa el cómo.
El 2017 fue un año donde los íntimos, sin discusión, fueron los mejores en el torneo peruano. El equipo del uruguayo ni siquiera necesitó de una final para romper 11 años sin títulos nacionales, pero tras el campeonato, las expectativas iban a ser otras para la próxima temporada.
Con mucho más crédito y un plantel armado por él, se esperó un equipo que elaboré un poco más, sin embargo, no sucedió. El jugar de manera tan directa es algo que está distanciado a lo que siempre fue Alianza Lima, tolerado por la necesidad de resultados, pero reflotado en gran parte del 2018 (sobre todo tras la final que perdió frente a Sporting Cristal).
Bengoechea se encontrará con un plantel, que en principio tiene más alternativas para ocupar las plazas de laterales, posiciones que fueron un dolor de cabeza en años anteriores. Cuba y Salazar por un lado, Rossel, Guidino y Caro por el otro, asoman como soluciones. Los nombres de Matzuda, Cornejo y Gallardo también deberán ser tomados en cuenta. El DT deberá colaborar en su crecimiento. Con Quevedo más ¨rodado¨ (si no se va) y Manzaneda recuperado las sociedades por los costados deberán ser una fortaleza. El repertorio tiene que ampliarse, si Bengoechea quiere que el conceso lo acompañe.
DATO:
De los últimos técnicos campeones con los blanquiazules, sólo Gustavo Costas se animó a tener una segunda etapa, y si bien no pudo lograr repetir los títulos del 2003 y 2004 y perdió la final del 2009 ante Universitario, lo más resaltante de ese regreso fue la clasificación a los dieciseisavos de la Libertadores.
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