El delantero Antoine Griezmann fue abucheado por los fanáticos del Atlético de Madrid en su regreso al Wanda Metropolitano con la camiseta de Barcelona.
La afición del Atlético de Madrid decidió, por unanimidad, recibir al francés Antoine Griezmann, que volvía al Metropolitano como jugador de Barcelona cinco meses después de abandonar el club rojiblanco, de la manera más hostil posible. No hubo perdón en ningún momento. La hinchada del Wanda Metropolitano considera una deslealtad la fuga del internacional francés el pasado verano.
Griezmann no fue acogido con amabilidad. Todo lo contrario. De hecho, un grupo de aficionados se encargó de tirar basura y varias ratas de peluche sobre la placa que recuerda las cinco temporadas como rojiblanco del delantero una hora antes del comienzo del duelo.
Media hora antes del pitido inicial saltó con sus compañeros al césped. Fue entonces cuando se desataron los peores impulsos de la grada, la que ocupa el Frente Atlético. "Griezmann muérete, Griezmann muérete", se escuchó desde esa zona. De igual formal, la silbada fue estruendosa cuando se anunció su nombre en la alineación visitante desde megafonía, e igualmente sonora resultó cada vez que tocaba un balón. Así durante todo el encuentro.
El francés no se dejó intimidar. Llegó a la capital de España preparado para esa recepción. Sin embargo, situado la mayor parte del tiempo en la banda izquierda del ataque barcelonista, acompañando a Lionel Messi y Luis Suárez, su influencia en el juego fue pobre.
"Querías tener un nombre y se te olvidó ser hombre", desplegó el Fondo Sur en una pancarta en la segunda mitad. Por entonces, Griezmann seguía desaparecido en el verde. No había noticias de él. Sin embargo, Messi puso el tanto de la victoria a los 86 minutos. (Con información EFE)
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